Fragmento de «La mesa de los pecados capitales» de El Bosco.
Porque amo y porque admiro yo devoro.
¿Los otros no acumulan libros, mapas,
sellos, muñecos, fotos sin decoro,
amuletos, santos de porcelana?
No soy mero glotón que por su inri
consume en alimentos toneladas
ni soy el sibarita inverosímil
buscando una delicia innominada.
Mi deseo es el mundo en mis entrañas,
ostras vivas crispadas al limón,
el verde deslizarse de las plantas,
los peces venenosos del Japón.
Trago la selva en cada fina hierba
y se me entrega dócil un antílope:
de noche en el regusto de una cena
me apodero del sol en la planicie.
Quiero que el centro de mi cuerpo sea
túnel del mundo y fluya en él la vida.
La obra de Dios se expulsa en polvareda
pero antes la ensalivo y me acaricia.
Desamparado y vil, tan breve el cuerpo,
no busco el alimento, busco paz,
por dentro estoy vacío y es obeso
el pecador, el goce y el manjar.
Alfredo Fressia (Montevideo,1948) Es poeta y traductor. Enseñó letras francesas durante 44 años. Profesor de Literatura egresado del IPA, fue destituido de la enseñanza por la dictadura uruguaya. Se instala entonces en São Paulo, Brasil, donde reside desde 1976. Ha ejercido la crítica literaria en medios de Uruguay, Brasil y México. Su obra poética ha sido traducida al portugués, inglés, francés, rumano, griego y turco. Su primer poemario fue publicado en 1973 y los más recientes en 2013, cuando completó cuarenta años de poesía. Recibió varias distinciones y fue jurado de premios internacionales. Ha sido editor de la revista mexicana de poesía La Otra en su versión impresa. Sus poemarios más recientes son Poeta en el Edén (Montevideo/México, 2012), Cuarenta años de poesía (Montevideo, 2013) y la edición bilingüe Clandestin (Harmattan, París, 2013).
Este poema, édito, fue cedido especialmente por Fressia a Delicatessen.uy. Reconocemos que un poema en la Cocina de cuentos, no es habitual, pero no podíamos privarnos de tener el generoso aporte del inmenso Alfredo. ¡Muchas gracias!
Foto del autor: Facebook de Alfredo Fressia.