Una televisión prendida, sin criterio, en un canal caído al azar, puede deparar una sorpresa a la hora del almuerzo. Sucedió este domingo, cuando, en el entorno de las dos de la tarde, en televisión española, apareció un programa, como de la nada, cuya existencia desconocíamos: RTVE responde.
Con sorpresa vimos como un, algo anodino, conductor anunciaba sin bombos y sin platillos que estarían los responsables de diferentes programas de la televisión pública española respondiendo las quejas de los televidentes. Por si fuera poco, también comparecería la directora de entretenimiento de la televisora oficial para dar la cara ante reclamos de la audiencia.
Luego de esos titulares, comenzaron a desfilar en pantalla, reclamos de no más de un minuto de gente de toda España que manifestó su disconformidad con algún contenido de la televisora. El primero, por ejemplo, se referiría a un dibujito animado donde uno de los personajes, que eran todos animales, era tartamudo. Al hablar, los otros se reían de él. Para una señora, esa risotada a la tartamudez del simpático bichito, era una forma de humillación al tartamudo, y un mal ejemplo para los niños espectadores del programa. Seguidamente, dieron la cara los responsables de la tira, que explicaron su punto de vista, e inclusive anunciaron trabajar con una asociación de tartamudos, para mejorar la forma de comunicar a través de una historieta animada.
Seguidamente apareció un señor muy enojado, porque RTVE cortó un concierto, a falta de un minuto de terminar la obra de música clásica. El responsable de programación admitió el error, explicó qué pasó, pidió disculpas y aseguró que en el futuro no volverá a pasar. Al ratito, el sobrio conductor de RTVE responde dio la bienvenida a la directora de entretenimiento, Toñi Prieto, que se encargó de responder varios cuestionamientos, sobre todo algunos que involucraban a uno de los programas estrella de TVE, como MasterChef Junior. Por ejemplo, para algunos espectadores el programa es peligroso porque los niños utilizan cuchillos y grandes ollas para cocinar; también piensan que se somete a los niños a demasiada presión y que no se cortan de raíz situaciones entre los niños que algunos califican como acoso. La ejecutiva, con seguridad y honestidad, respondió con contundencia y sin margen de duda. También participaron del programa, que duró media hora, el defensor del espectador, Ángel Nodal, y el director de contenidos infantiles, Yago Fandiño, entre otros responsables de programas y áreas de la televisora oficial.
Al final, nos enteramos que RTVE responde, se emite los últimos domingos de mes, y se alienta a los televidentes a enviar sus quejas sobre la programación de la televisión pública.
Es obvio que la televisión -o todos los medios públicos- de cualquier país están financiados con los dineros públicos, que aportan los contribuyentes. Los contenidos de esos medios, deben reflejar los deseos e intereses de quienes son dueños de esos medios, y no de los caprichos de los directores de turno. Un medio público se debe a los ciudadanos que pagan sus impuestos.
Como se comprenderá, la comparación fue inevitable: ¿qué incidencia tiene la audiencia de los medios públicos en Uruguay? ¿Se someterían los directores de esos medios a los cuestionamientos de los ciudadanos? ¿Por qué no instaurar la figura del defensor del televidente o del oyente, lo que se conoce internacionalmente como press ombusman? ¿Cuáles son los criterios que manejan quienes arman la programación de los medios públicos?
Quizás este programa de la televisión pública española pueda ser un estímulo para la transparencia de los medios públicos uruguayos y lograr una mayor sintonía entre esos medios y la audiencia a la que teóricamente se dirigen.