Rincones icónicos de Montevideo | Sylvana Cabrera

Cuando era una niña mi abuelo me decía “ya te va a gustar el tango” y yo pensaba para mis adentros, eso nunca va suceder. Pasaron los años y lo cierto es que ahora me gusta el tango en todas las expresiones, desde las versiones más arrabaleras, pasando por la era Piazzola (tan resistida en su momento), hasta las versiones electrónicas. Algo parecido me paso con el Palacio Salvo, al principio resistido y hoy lo miro con un cariño especial.

A seis años de cumplir su centenario, este emblemático edificio montevideano fue construido por los acaudalados hermanos Lorenzo, José y Ángel Salvo en homenaje a la ciudad. Para realizarlo hubo que demoler un recinto que –a comienzos de los años veinte– era ya legendario: la vieja confitería La Giralda. Las obras se extendieron entre 1923 y 1928, cuando quedó oficialmente inaugurado. Se utilizaron mármoles y granitos nacionales y alemanes, así como roble floreado de Eslovenia en toda la carpintería.

El resultado es una mole que oscila –en lo estilístico– entre las referencias renacentistas y las reminiscencias góticas, con algunos toques neoclásicos. Tiene 37 mil metros cuadrados, con un cuerpo central de diez pisos y en un costado la torre, que sobresale por quince pisos más. Hoy esta suerte de Torre Eiffel versión uruguaya, tiene un programa de visitas guidas a las cuales se les denominan “Mañanas en el Salvo”.

Esta es una propuesta de turismo cultural que plantea un acercamiento al patrimonio de la ciudad desde la experiencia viva de sus habitantes y visitantes. En la recorrida se trata de arrojar otra mirada a una arquitectura interesante, pero también de vivenciar un lugar que se relaciona profundamente con nuestra historia, con la construcción de la identidad y el futuro de Montevideo. Todos los días, desde las 10,30 y hasta las 13.30 horas, partiendo del Hall Principal del edificio (Plaza Independencia 848). Tienen una duración de una hora y un costo de $ 200 y se pueden realizar visitas guiadas en inglés y portugués, así como recorridos especiales en otros horarios. La novedad es que a partir de mayo los días miércoles desde las 19 horas, se llevarán a cabo previa reserva, Visitas Nocturnas. Tal vez sea una buena oportunidad para conocer los secretos de nuestra propia historia.

Una receta de Sin Pretensiones en homenaje al Palacio Salvo

Licor de café y canela

Ingredientes:
1 litro de buen café
ramas de canela en rama
1 kg azúcar
½ litro alcohol de cereales

Preparación:
En una olla (lo ideal es de cobre), hervir el café con la canela y azúcar durante unos 5 minutos hasta que espese. Retirar y enfriar. Una vez frío mezclar con el alcohol de cereales. Dejar reposar toda la noche y al otro día filtrar y envasar. Dejar reposar durante al menos 1 mes en un lugar oscuro. Pasado ese tiempo pronto para disfrutar.

Sin Pretensiones Restaurante Viejo Almacén
Peatonal Sarandí 366
Ciudad Vieja Montevideo