Turismo versus terrorismo | Alva Sueiras

En los dos últimos años planificando destinos para incursionar en las anheladas vacaciones, nos encontramos, por instinto de conservación, sorteando en la medida de lo factible, destinos y aeropuertos demasiado emblemáticos y potencialmente sensibles. Hemos evitado París, Berlín y Londres en ese ejercicio cauto del “por si acaso”. Estaríamos faltando a la verdad si nos mostráramos carentes de reservas.