La clandestina | Margarita García Telesca
Esteban abre la puerta. Mauricio entra. Bajito y flaco como escarbadiente, de negro como siempre. El pelo ya canoso y desarreglado. Apesta a cigarro y vino berreta.
Margarita G. Telesca
Esteban abre la puerta. Mauricio entra. Bajito y flaco como escarbadiente, de negro como siempre. El pelo ya canoso y desarreglado. Apesta a cigarro y vino berreta.
Escucha la lluvia; quizás le quede un rato más para dormir. Sabe que le espera una jornada eterna y quiere prolongar ese inevitable momento de levantarse. Pero el despertador no da tregua y la hace saltar de la cama.
Buenos Aires. Me bajo en Recoleta. Camino hasta el museo de Bellas Artes. Cada sala más linda que la anterior. Grandes artistas europeos y americanos. Veo cuadros de Figari y Torres García. Muchos.
Un relato breve, una historia, que surge de la imaginación de una destacada colaboradora de Delicatessen.uy. Una historia de niños por Margarita Telesca.
Es escritora y guionista. Colabora regularmente con Delicatessen.uy. Margarita G. Telesca confiesa en este ADN que un acontecimiento que cambió mi vida fue leer El Primer Hombre de Camus con veintidós años. Ese fue una gran inspiración para empezar a escribir.
Un cuento de comienzo de clases. Un relato de marzo. Las experiencias personales contadas por Margarita G. Telesca en un breve pero muy conciso relato, que se suma a la Cocina de Cuentos de Delicatessen.uy
Pruebo. Delicioso. Café recién hecho, temperatura perfecta. El aire de la ciudad recorre las mesas volando las servilletas sueltas. Las hojas de los plátanos decoran la vereda. Los parisinos tienen la suerte de disfrutar del hermoso verde de esos árboles sin las molestas felpillas que tenemos en Montevideo, grandes responsables de los ataques de alergia y conjuntivitis de los que caminan sin lentes en las tardes de viento de nuestra capital.
Ella mira su celular y se muerde el labio. Es tarde. Todavía debe llegar a su casa, cambiarse y esperarlo. Tienen mesa con velas en el restaurante de la rambla…
Londres. Es primavera pero se sabe que para una uruguaya esa temperatura es invierno seguro. Campera cerrada, guantes, bufanda y gorro. Ese gorro que en Montevideo no me da la nafta para usarlo, allá no me importa. Londres, una de esas grandes ciudades donde nadie mira a nadie. El lugar ideal para un alma tímida…
Su celular y las historias de Snapchat de sus amigas la hipnotizan. Su pelo corto y sus orejas decoradas de caravanas de todos colores. El piercing en la nariz y sus uñas azules. —Esther, Esther se borró del grupo de amigas de Whatsapp. Es increíble. Le escribí por p…