Mate

El mate: adivinador de verdades | Javier Ricca

Y el mate por primera vez se hace el distraído, no puede seguir insistiendo en que llenemos su cuenco, por un momento nos pide un descanso que él ya nos compensará, porque el tiene memoria, y recuerda cuando lo consideraban un vicio herético, cuando Hernandarias quemaba toneladas de yerba en las plazas de Buenos Aires, cuando era considerado por los jesuitas como el padre de todas las mentiras.