Soy y te sigo… si quiero | Anna Larreta
Es por eso que frecuento tres salas de ensayo – ¿por qué de ensayo? -, que se encuentran una al lado de la otra, que comparten menús, cuyas magias respectivas, decorados y acomodadores se complementan como el pan calentito con manteca. De camino a una u otra, paso delante de dos grafitis.