Un remanso de paz en la campiña uruguaya | Alva Sueiras
De tanto en cuanto, mente y cuerpo nos piden una tregua, un descanso, un alivio a nuestra cotidianidad para recobrar el aliento, recuperar fuerzas y recomponer el complejo puzzle de nuestra existencia en su cruzada con el día a día. Los viajes nos ayudan a desempolvarnos de la herrumbre que nos envuelve cuando la falta de tiempo impera y los deberes no dejan de acumularse. Lastimosamente, no siempre tenemos el tiempo o los recursos para emprender ese viaje anhelado. El arte en estos casos radica en encontrar caminos intermedios, espacios cercanos que nos permitan desconectar y restaurarnos.