Dos potencias se saludan | Jaime Clara
Confieso que no tenía idea que las dos figuras fueran amigos. O tan amigos, compinches. Y es, justamente esa complicidad, lo primero que el lector agradece de este libro.
Confieso que no tenía idea que las dos figuras fueran amigos. O tan amigos, compinches. Y es, justamente esa complicidad, lo primero que el lector agradece de este libro.