Un recuerdo para Don Ata | Roberto Bennett

Transcurría el año 1976 y Yupanqui se encontraba descansando en Mallorca. Habíamos paseado por la isla, comido asado en casa y tomado mate con mis padres, recordando sus tiempos de domador en Cardona, que curiosamente coincidían con los años en que mi padre tropeaba y embarcaba ganado desde la estación La Lata, en trenes con destino a La Tablada, en Montevideo. Estas reuniones eran casi un ritual para él: Traer yerba mate para mis padres, algún otro obsequio y luego pasarse una tarde en nuestra casa del barrio San Agustín, charlando de los viejos tiempos.