Cuando el cine sueña con la cocina | Alva Sueiras

De a poquito vamos desgranando nuestras pequeñas y modestas pasiones. Esas que nos dejan un fragmento de dicha y nos alimentan la psiquis. Sondear nuevos paisajes, descubrir autores que hasta el hallazgo nos eran ajenos, deleitarnos con un plato sencillamente perfecto o compartir conversa con un buen vino. Pequeños placeres mundanos que nos mejoran la vida y compensan los agravios de nuestro trascurrir por ella. El séptimo arte es sin duda, una de esas deliciosas debilidades, tan nuestra como universal.