Perder el tiempo | Jaime Clara
Esta nota sobre perder el tiempo tiene unos años. Que la publicación sea un homenaje a un entrañable escritor que murió de coronavirus, el año pasado. Luis Sepúlveda (1949-2020)
Esta nota sobre perder el tiempo tiene unos años. Que la publicación sea un homenaje a un entrañable escritor que murió de coronavirus, el año pasado. Luis Sepúlveda (1949-2020)
Una novedosa propuesta llegó a la redacción de Delicatessen.uy. Un libro, un autor, acompañado de los símbolos y objetos que lo distinguen, integran una verdadera caja feliz.
Muchas veces saludos y buenos deseos parecen frases vacías, que se dicen por compromiso. ¿Por qué no cambiar la pisada? ¿Por qué no hacerle caso a esas frases que por repetidas da la sensación que no tienen valor?
Para la Unesco, «esta práctica cultural fomenta la cohesión social y contribuye a sensibilizar a la sociedad de la importancia que tiene el rico legado guaraní, tanto en el plano cultural como en el botánico».
Se trata de un plato muy antiguo. Algunas crónicas mencionan que fue creado en el año 700 en la región de Piamonte, al noroeste de Italia, Los nombres, en tanto tiempo han variado y se lo puede nombrar como “vitel tonnà”, “vitello tonnato” o “vitel toné”
Este domingo terminó Patria, la serie basada en el gran libro del escritor Fernando Aramburu. Mäs allá de polémicas y adaptaciones, la novela le da voz a quienes no habíamos escuchado. Una grieta verdadera, profunda y abierta, como el debate de ETA y el terrorismo, nuevamente sobre la mesa.
Dijo una voz popular, que muchos se comieron la pastilla. Y aún hoy. Porque quien lee, El hombre que calculaba, cuyo autor es Malba Tahan, tiende a creer que es un libro originario de Medio Oriente.
El amor, que por su misma esencia es incorpóreo, tiene en este libro una búsqueda de esos límites, de ese volumen, del peso específico, del lugar que ocupa en cada uno de los lectores.
Canciones sobre pestes, filósofos, historiadores, pitonisas, curas y curanderos, tarotistas, psicólogos de primera y de cuarta, hablan del tema. Estamos tapados de números, de estadísticas y proyecciones. Los técnicos se pelean a ver quién hace el mejor cálculo, mientras la gente se enferma
Si algo siento que está en el debe en todos estos años son algunas señales preocupantes de cierta intransigencia a la hora de proponer algunos contenidos. Creo que con terquedad y discurso único no se construye una sociedad libre.
¿Cuándo fue la primera vez que escucharon la palabra caracú? Sospecho que, como en mi caso, debe haber sido cuando aparecía en los pucheros que comíamos en nuestra infancia. Hoy el caracú está siendo reinventado y la creatividad permite encontrarlo con otros sabores.
No está en nuestro ánimo dedicarle más de lo que se ha hablado a la película Guasón o todo el marketing que se viene de cara a la ceremonia de los Oscar. Este texto pretende reivindicar al actor que personificó al primer Jocker, al emblemático César Romero Jr.
No soy una persona violenta. Por eso la violencia me interesa mucho en los otros, observando en la sociedad. Como no soy mujer, pinto mujeres. Porque observo a las mujeres.
Eran tiempos violentos y las bandas mafiosas se organizaban en todo el territorio con mucho poder, no sólo económico, vinculaciones y en también en armas. ¿Cuánto hay de realidad y de ficción en esta superproducción de tres horas y media que ha logrado, en términos generales, una gran aceptación de crítica y de público?
¿Cuántas cosas dejamos de hacer por temor a como serán los resultados? Hay un dicho popular que dice que “el que no arriesga no gana”, que de alguna manera intenta ganarle a la desconfianza que nos genera una nueva acción.
Hay palabras que van y vienen. Modas. Mucho se escucha en los medios de comunicación y hasta en el habla cotidiana, la palabra «spoliar» (sic), «espoliar» o «expoliar», cuando generalmente se cuenta la trama de una película o de alguna novela. Lo que antes decíamos, «no te voy a contar el final», hoy está con mucha fuerza, esta palabra que para muchos es nueva y seguramente desconocen su
Mea culpa. No me llevo bien con los aparatos del hogar. La tecnología llegó al mundo para facilitar las cosas. No dudo que los aparatos del hogar han facilitado las cosas. Inclusive para chambones como yo que se empantana solo al mirar la cantidad de botones y perillas que tiene un lavarropas “inteligente”.
Tras once años de peregrinar, un editor se sorprendió al encontrar una excelente y divertida novela. Tras la publicación en 1980, el éxito fue inmediato: ganó el Premio Pulitzer y se convirtió en el gran libro del año, en Estados Unidos y en Europa
Lo que por el Río de la Plata conocemos como milanesa, es una modificación de otros productos europeos con mucha más historia. En esa rica historia gastronómica el cachopo ocupa un lugar de honor, no sé si como un plato de alta cocina, pero si como una comida popular que es seña de identidad de toda una región.
Con el paso del tiempo, el extraordinario éxito del neologismo sirvió para imprimir una nueva legitimidad a la nostalgia. La que originariamente fuera una enfermedad de la memoria de los soldados, comenzó a cobrar una cierta dignidad y llegó a gozar, incluso, de cierto prestigio
Vivimos asediados de escapes libres y demasiados motores. Mucha ensordecedora moto. Mucho ruido, ruidoso y molesto. La ciudad en la que nací, San José de Mayo, es de las ciudades que tiene una marcada identidad sonora.
El entusiasmo luego de la lectura, me provoca contar detalles, lo que no corresponde. Pero resulta revelador enterarnos que la industria cítrica italiana, fue una de las fuentes de financiamiento fundamentales para la mafia, en Italia, y con las exportaciones de naranjas y limones a Estados Unidos, para organizar las actividades criminales de bandas en Chicago, entre otras ciudades donde la mafia pisó fuerte.
A Josep Roca (Girona, España, 1966), considerado uno de los mejores sommeliers del mundo, le gusta presentarse como “camarero de vinos”. Habla pausado, busca las frases en su pensamiento con tranquilidad y sin apremios. Sabe lo que quiere transmitir. Hurga en la cultura, en la historia y en la antropología, para concluir que una copa de vino debe ser un acto simple y sencillo. Entrevista exclusiva
En la década de 1930, un grupo de adolescentes quinceañeros, se reunían en una especie de galpón en los fondos de lo que hoy es el Museo Zorrilla, en el barrio de Punta Carretas, en Montevideo. En aquella guarida, la barra decidió bautizarse con apodos. Entonces eligie…
La primera exposición pública del péndulo de Foucault tuvo lugar en febrero de 1851, en el meridiano del Observatorio de París. Unas semanas más tarde, el físico francés Léon Foucault hizo su demostración más famosa en la cúpula del Panteón de París, cuando se…
Pero ahora se aplaude hasta en los casamientos, velorios y sepelios. El ruidoso aplauso está a la orden del día, en cualquier momento. En todos los casamientos ahora se aplaude. ¿Desde cuándo sucede esto? El Registro Civil se parece muchas veces a la Tribuna Ámsterdam…
Si tuviéramos que nombrar a un intelectual comprometido artísticamente con su tiempo, con una obra provocadora, original y trascendente, el nombre del italiano Pier Paolo Pasolini (1922–1975) es uno de los primeros que aparece.
Se dice que las rutinas son malas. Para mencionar algo tedioso y aburrido se lo suele catalogar de “rutinario”. Debo confesar que no me parece justo. Hay rutinas y rutinas.
El final del tango original era muy directo, pero no se cantó así: “…por eso no has de extrañarte, si alguna noche, borracho, con el incesto del brazo, alguien me viera pasar.” Introducir la idea del incesto en una letra de tango resultaba demasiado transgresora para la época, por lo que Francisco Gorrindo optó por una versión más genérica “…por eso, no has de extrañarte si, alguna noche, borracho, me vieras pasar del brazo con quien no debo pasar.”
Astros flotando en el océano de la olla. Besos que niegan su esencia ante los labios vecinos. Bocas volcánicas que eructan el olor incorrupto de los campos.
Por suerte, y casi que por sorpresa, un aplicado alumno de Guillermo, un ingeniero, Edgardo Verzi, escritor y artista plástico, se financió la edición de un libro que recoge el famoso método de los palotes y las repeticiones. Tener el libro en la mano, para quienes nos formamos con Guillermo, emociona.
Joan Roca, mano a mano con Delicatessen.uy : «Si hablamos de programas de televisión, lo que quieren es audiencia. Y la audiencia que está sentada en el sofá de su casa quiere que en la tele haya la tensión que no hay a su alrededor. La televisión ofrece eso y lo entiendo desde esa óptica.»
Lo que parece cosa de todos los días, es el resultado de una larga tradición de la práctica del humor en diferentes géneros. En particular el humor negro cuenta con una rica historia a la cual han ingresado reconocidos nombres, que destilaron su gracia de manera insólita.
Y reflexionaba sobre que el San José de hoy no es el mismo de ayer. Muchos cambios han hecho mucho más funcional y moderna la ciudad. San José de Mayo mantiene los mismos olores, los mismos tonos de luces, los mismos ritmos. Eso hace que, quienes nos hemos alejado, todavía, cada vez que vamos, nos sigamos sintiendo en casa.
A diferencia de su trabajo periodístico como caricaturista donde es famoso su estilo sin palabras, en sus libros Sábat, además de dibujar, incluye comentarios y digresiones de a modo de comentarios biográficos. Sin embargo no hay que creer todo lo que se ve, ni todo lo que se lee. Y esto es parte del mérito del libro: los dibujos son el resultado de la creatividad infinita del artista, aunque no importe que los textos sean de dudoso rigor histórico.
Pero solo no sería nada, sino está la mano del humano que lo maneje. La destreza para manejarlo, es parte de la efectividad del cuchillo. Claro está que se deben tener en cuenta los materiales con los que está confeccionado, el filo, el estado en el que se encuentra, pero más allá de aspectos concretos, el agarre y la forma en que se maneja son puntos fundamentales a la hora del buen corte.
Hugo García Robles escribió que “para un adolescente que lo conoció en sus primeros poemas, es inexcusable confesar que Sarandy fue una sabia influencia, arisca y avasallante, que a veces desde un humor ácido, burlándose de Nuñez de Arce en paródicos recitados o poniendo sobre la mesa los poemas de Antonio Machado o Pessoa, era capaz de sacudir y desencadenar en su joven interlocutor de entonces, un interés y un rigor por el arte.
Omar Gutiérrez forma parte del paisaje maragato. Es muy común verlo tomando mate en la Plaza “Treinta y tres” o transitando por las calles de la ciudad. Las pocas veces que he ido a San José en los últimos años, lo sigo viendo saludando, de buen humor y tomándose una pausa para sentarse a conversar con quien lo demande.
Nací en 1916, en Entre Ríos, Argentina. Mis padres son uruguayos, pero mi madre tenía toda su familia uruguaya en aquella provincia. Mi abuelo era vasco. Puso un establecimiento de campo en el departamento de Soriano, en Palmitas, en la zona del arroyo Cabelludo. Estoy hablando del tiempo de Latorre. Había enfrentamientos permanentes y los colorados le carneaban los animales porque él era blanco. Como le carneaban mucho, decidió irse para Entre Ríos con toda la familia.
Pero más allá de Superman, el desarrollo de la industria de la historieta o del cine o antes, la literatura desde sus orígenes, han generado personajes que se transforman en modélicos o en identificaciones o en aspiraciones de los espectadores. Antes que nada, los relatos que tienen a los superhéroes como protagonistas, son narrativa, son ficción, son literatura, son novela gráfica o historieta. Son relatos, cuentos.
La historia trata del secuestro de un par de amigos de Negro. Como uno de los grandes temas que sobrevuela la novela es la lealtad, trata de la búsqueda de esos amigos al costo que sea. Por un amigo -dos en este caso- uno hace lo que sea, hasta pelearse con quien sea.
Puede parecer previsible, pero diría que muchos de los cuentos de este libro, son muy cinematográficos. Tom Hanks ha crecido artísticamente leyendo guiones de cine, historias para ser mostradas y ese hábito parece haberlo adquirido en forma casi natural. Perfectamente más de un relato podría ser filmado.
Cuando se habla de literatura portuguesa, hay dos nombres fundamentales que se hacen presentes: Fernando Pessoa y José Saramago. Ambos, habitantes de diferentes tiempos, forman parte del paisaje portugués, no solo por su obra, sino que se transformaron en verdaderos artículos de souvenirs.
Larroca todavía carga, como una pesada mochila, su explosión mediática cuando un torpe intendente de Montevideo, le bajó una muestra, siendo él un veinteañero. Han pasado 32 años de aquel suceso y todavía hoy se lo recuerda. El sábado pasado en la radio, el entrevistado que venía después de Oscar, cuando entró al estudio, me preguntó, “este es el pintor que armó el quilombo en la Intendencia?” Para muchos, parece que aquello de 1886, pasó ayer.
Hay una película en la que Kevin Costner personifica a un hombre, Mr. Brooks, que con la ayuda de su conciencia, disfruta cuando asesina. Ese goce -extremo y trágico en el caso de Brooks- es algo de lo que me sucede desde que me hice cazador. Disfruto de cazarlas.
Esta nota no pretende ser un espacio de confesiones ni mucho menos. Pero hay que reconocer que entre las costumbres humanas, la lectura en el baño es una de las más discutidas y, por qué no, de las más difundidas y menos confesadas. Hay quienes creen que se trata sólo de un momento utilitario, sentarse en el inodoro y nada más. Se hace lo que se tiene que hacer y a otra cosa.
Lo que es prácticamente desconocida, es su faceta como dibujante. Aunque no se trate de una obra acabada, ni mucho menos, fueron innumerables los bocetos, casi de aprendiz, realizados en forma muy desordenada durante su vida. Un libro -Dibujos y fragmentos póstumos- que se editó a fines de 2012, en España, reúne esos dibujos junto a varios textos.
Antes de encarar la salida hay que pensar en el lugar y razonar si una vestimenta muy informal no nos haría desentonar. Hay que averiguar si en el teatro al que vamos no hay alguna limitación en cuanto a vestuario y si la sala se reserva el derecho de admisión en ese sentido.
Según Margarita Miró Ibars, investigadora del folklore paraguayo, se trata de una comida producto “del sincretismo guaraní y español. Los guaraníes acostumbraban a consumir comidas pastosas elaboradas con harina de maíz o de mandioca envueltas en hojas de güembé o banana y cocinadas entre ceniza caliente. Los españoles…introdujeron el uso del queso, los huevos y la leche, aditivos que fueron agregados a los platos preparados por los guaraníes…”
En este disco, hay muchos caminos. Caminos más rockeros, blues, milongas, más eléctricos o más acústicos. En materia de letras hay homenajes, como a la Linda milonga, canción dulce y bella, o la historia de La enredadera, o la futbolera Parque Saroldi, una reverencia a su querido River Plate.
Si ubicáramos a las diferentes propuestas para comer en una línea imaginaria, en un extremo estarían los restaurantes más prestigiosos, con propuestas originales, buen servicio, entre tantas otras características y en el otro extremo, comer en la calle. Esa línea imaginaria no es, al menos en el ensayo para esta columna, una valoración, sino para entender que entre esos dos extremos hay una gran variedad de propuestas.
Tenía un amigo que cuando fue a París, se sacó los lentes de sol, para que nada interfiriera cuando vio por primera vez la torre Eiffel, porque no quería que nada se interpusiera entre su ojo y la imagen en vivo del símbolo de su adorada Francia, con el que había soñado toda su vida.
El placer es una sensación o sentimiento positivo y agradable que se manifiesta cuando se satisface alguna necesidad personal. Por ejemplo una bebida cuando hay sed; hambre, comida, descanso cuando hay fatiga y diversión cuando uno está aburrido. Cuando hay ignorancia o desinformación el conocimiento y los datos son siempre bienvenidos. Cuando sentimos placer, nuestra autoestima se consolida.
En menos de cinco años, la bossa nova ya había sido adoptada por jazzistas norteamericanos del prestigio de Stan Getz, que invitó a João Gilberto y Tom Jobim para que colaboraran en lo que se acabó convirtiéndose en uno de los discos de jazz más vendidos de la historia, Getz/Gilberto.
Muchos de los vecinos que se escandalizaron por la combinación de colores, ingredientes y sabores, se negaron, al principio a probar los deliciosos platos, creyendo que se estaban frente a un menú satánico, porque el disfrute de esas comidas, los condenarían al infierno, como si se tratara de los peores pecados. Pero -siempre hay un pero- una vez sentados a la mesa y tras dar unos pocos bocados a aquellos platos, descubrieron que eran vulnerables al placer y el buen gusto.
Fornaro no necesita muchas palabras, porque es certero, para describirnos a cada uno de los personajes, donde conviven simultáneamente, aunque suene contradictorio, la piedad, la crueldad, la ternura, la compasión, la venganza, entre tantas luces y sombras de la condición humana.
Dejemos que el perfume a jazmines con el que Nancy inauguraba cada feria, junto a la música que llegaba de la mano de Renée Pietrafesa o Cristina García Banegas. El libro en cuestión es un admirable recorrido por una voz potente, a la vez sigilosa, suave, sin estridencias. Un tono, un ritmo, cargado de silencios, como los de las siestas en la localidad de José Batlle y Ordoñez, en el departamento de Lavalleja, o de la muy cercana Nico Pérez, en Florida. Están ahí, una al lado de la otra.
Los europeos suelen dar dos besos, son las personas que más besan en las presentaciones. Los rioplatenses solemos dar un solo beso y en Brasil dan hasta tres. Los orientales son las personas que menos utilizan el beso como forma de saludo y en Norteamérica importa más el abrazo, tras un discreto beso. En Rusia los hombres se dan besos en la boca, definidos en los medios con la espantosa palabra de “piquito”.
El libro es fascinante porque relata, con lujo de detalles, situaciones concretas y la vida de estos pilares de la literatura contemporánea, en su relación con la bebida y con sus libros. Vaya que es original analizar a Hemingway o a Cheever o a Carver, a través de la bebida que los embriagaba todo el tiempo. Pero la autora no hace una apología del alcoholismo, sino que cuenta historias, como una una escritora más. Siempre, la última palabra, como si fuese una última copa, será del lector.
No se trata de un viaje gastronómico, sino son treinta y dos viajes en los que el autor busca la inalcanzable comida perfecta. «Durante años he buscado la comida perfecta y me he aproximado un buen número de veces a ellas.
Medias verdades retoma un estilo que se va haciendo inconfundible en Jaime Clara. Comenzó a conocerse en su primer libro de cuentos y regresa aquí con escenarios y personajes muy diversos. Estas medias verdades mueven sentimientos de un modo sutil, provocan expectativa y nos hacen imaginar un desenlace que luego se resolverá de un modo impensable.
«lo que hoy le da más sentido a su prosa es un humorismo tácito, una ironía tierna que no quiere profundizar más en la llaga, una gracia culta de romano ilustre que se retira a su quinta con más libros que conejos».
La gastronomía es, entre otras cosas, una seña de identidad de los pueblos. Recorrer aromas y sabores de una cultura, permite conocer a la gente y su lugares. Las referencias del sushi con Japón, la feijoada en Brasil o el dulce de leche con esta parte del mundo, son algunos ejemplos ineludibles. A Francia se la reconoce por varios alimentos como crépes, baguettes, y los mundialmente conocidos croissant.
Quienes visiten la estación Lima del subte de Buenos Aires, en el barrio de Monserrat, sobre Avenida de Mayo se encontrarán con tres murales que homenajean a grandes figuras del tango. Uno de ellos, con un colorido bandoneón enorme, recuerda al músico Astor Piazzolla (1921-1992).
Serían innumerables los ejemplos a citar en esta columna, pero vaya como aperitivo -nunca mejor aplicado el concepto- para futuros artículos sobre el punto. Por ejemplo, para el poeta Charles Bukoswki, la bebida siempre estuvo omnipresente en su vida, y en su vida literaria. Fue claro y contundente al decir que «beber es algo emocional.
Durazno y Convención, Cometa de la farola, Brindis por Pierrot, Que el letrista no se olvide, El hombre de la calle, entre tantas otras canciones conforman la banda sonora del Uruguay de los últimos cuarenta años. El protagonista de esta celeste playlist es, sin dudas, Roos.
No se lo puede entender sin la mención de los argentinos. Cuántas veces hemos escuchado decir, tanto en forma elogiosa como peyorativa, que se trata de un enclave argentino en territorio uruguayo. Para Trochón era relevante determinar si a los visitantes del otro lado del Río de la Plata se les puede considerar turistas. Quizás en una primera época sí, sobre todo cuando se hospedaban en hoteles, hasta los sesenta.
No quiero caer en los lugares comunes sobre que la literatura es un viaje, o que uno viaja cuando lee y ese tipo de verdades mil veces repetidas. Una cosa son esos axiomas y otra es la literatura sobre viajes, que debo confesar, descubrí en forma tardía y trato, vertiginosamente, de ponerme al día.
Más allá de un nutrido calendario de actividades y de acciones varias, tanto públicas como privadas, uno de los puntos altos de la justa celebración, está la publicación de una profunda investigación y un minucioso análisis, que aporta diversas miradas sobre la composición de Matos Rodríguez. Sin exagerar, el libro de Alberto Magnone se titula La cumparsita, el tango universal.
En 1959, Abelardo Castillo (1935-2017) ganó un premio en un concurso de cuentos organizado por la revista Vea y Lea. El jurado estuvo integrado por Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Manuel Peyrou. A partir de allí, Castillo se transformó en uno de los intelectuales más importantes de su país. Fundó la revista literaria El Grillo de Papel (1959-1960), El Escarabajo de Oro (1961-1974), publicación caracterizada por su adhesión al existencialismo y al compromiso sartreano del escritor.
El pan está en la religión. El pan es el símbolo del cuerpo de Cristo, el pan es Dios. El pan es el alimento esencial para el cuerpo, pero también para el alma. Es tan cotidiano que es el pan nuestro de cada día. Según los evangelios, «el que sufre y parece abandonado por Dios come un pan de lágrimas, de angustia o de ceniza «,aunque también está el de la alegría, el de la impiedad o el de la mentira. Un trozo de pan, siempre está para repartir, para compartir.
Ante tanta belleza arquitectónica, un admirable jardín francés y una rica historia montevideana, llama la atención que, como una patada en el hígado al armónico entorno, el entonces intendente de Montevideo, Mariano Arana, hubiera autorizado la creación de un jardín japonés. Justo Arana, adalid de la defensa de la identidad de la ciudad; esa ciudad que Arana definió como «sin memoria», en un recordado audiovisual de la década del 80, del Centro de Estudios Urbanos.
Las normas están para cumplirse y debe ser así. Pero hay veces que ciertas cruzadas, tsunamis de lo políticamente correcto, anulan la capacidad de análisis desapasionado. Algo así es lo que sucede en la campaña contra el hábito de fumar. Nadie duda de lo perjudicial que es el cigarrillo. Fumar mata, para decirlo claramente y que pueda sospecharse que esta columna pretende defender lo que hoy la mayoría ataca. Sin embargo, es de honestidad intelectual, reconocer el papel que ha jugado este hábito en las diferentes sociedades y culturas desde los orígenes mismos de la historia.
De ahí que mi primera reacción fue, en estos tiempos de hiperconexión, poner un tweet que decía «¡Qué macana cuando te das cuenta que un lugar no es lo que era!» Como no daba detalles, las respuestas fueron tan variadas como interesantes. Para muchos mi enigmática frase tenía que ver con Uruguay como país, otros reflexionaron sobre cuando el cambio sucede con las personas, pasando por los valores de la sociedad, los límites y el principio de autoridad.
Me tiré sin red, sin información previa, a su lectura, solo con la recomendación del amigo. De pronto, como quien no quiere la cosa, me encontré metido en una historia relatada con una sencillez propia de la literatura norteamericana. Sin adjetivos, sin grandes reflexiones, simplemente contando la vida de un joven- William Stoner- hijo de granjeros, cuyo futuro estaba predestinado a no traspasar los límites de la portera de la granja.
«Por fin podré satisfacer mi constante anhelo e incontrolable deseo de asomarme a las vidas de los demás. Mis impulsos de voyeur ahora se podrán llevar a cabo en un grado que nadie había contemplado hasta hoy. Mis contemporáneos tendrán que conformarse con soñar con lo que yo voy a realizar en el edificio del motel Manor House.»
«Parece mentira que haya sido diseñada hace casi un siglo. Hoy como ayer, la rambla Sur sigue seduciendo gracias a su estética moderna y vanguardista, sus formas abstractas , sus líneas puras, sus proporciones armónicas, su falta de ornamentación (pudo haber tenido barandas pero no las tuvo, sus materiales nobles y su construcción ejemplar.»
Con sorpresa vimos como un, algo anodino, conductor anunciaba sin bombos y sin platillos que estarían los responsables de diferentes programas de la televisión pública española respondiendo las quejas de los televidentes. Por si fuera poco, también comparecería la directora de entretenimiento de la televisora oficial para dar la cara ante reclamos de la audiencia.
Entre las preguntas que Delicatessen.uy realiza todas las semanas en su sección ADN, se consulta sobre una excentricidad gastronómica. Todos responden con el humor de la sección, gran honestidad, lo que hay que destacar. Seguramente, cada uno tiene, pública o íntimamente, su pequeño disparatario con las comidas. Es lo que el chef vasco David de Jorge llama las «guarrindongadas», que mereció en su momento una columna aquí en el blog.
Berger «nos hizo saber que el arte podía enriquecer nuestras vidas». Si se pudiera hablar de popularidad, digamos que se hizo popular con el programa Modos de ver, que se trataba de una cuidada introducción a la crítica de arte, no sólo un texto referencial en lo suyo, sino que, además, fue también una serie de televisión de la BBC.
Por ventura, hace cinco meses, comenzamos este desafío que es Delicatessen.uy. En el comienzo de un nuevo año miramos el corto camino recorrido para comentarles que estamos muy contentos con el recibimiento de esta propuesta. Ustedes, los lectores, son los participantes activos de la vida que tiene este portal en Internet.
El talento no tiene edad ni fronteras. Cada día, con mayor frecuencia, nos encontramos con gratas sorpresas que, desconocidas, hacen gala de originales formas de expresión. En ilustración, es muy difícil encontrar un camino personal, un estilo. En general lleva mucho tiempo, mucho trabajo. En el caso que nos ocupa, se trata de una ilustradora que nació en Huelva, que desde España muestra su ductilidad como ilustradora. Seguramente en su tierra su nombre es conocido, pero al Río de la Plata acaba de llegar un libro que la presenta a lo grande.
Sobre gustos está todo escrito. No pocas polémicas tenemos en nuestra vida cotidiana, que en una comida familiar, a la vera de la parrilla, el asador pregunta con cierta candidez «¿a quién le gusta jugoso?» para que salten pocas voces asintiendo la oferta, mientras los más gritan «¡a mi bien cocido!» o «¡la carne se come a punto! ¡Así debe ser!» El asador deberá hacer maravillas para complacer tanta variedad de gustos, que esperan ansiosos la comida.
En el final de la deliciosa película Ratatouille, la forma en que se logra conmover al severo e implacable crítico gastronómico, fue darle un plato muy simple, sencillísimo, que lo remitió sin solución de continuidad a los sabores y gustos de su infancia. Es lo que los técnicos llaman la memoria gastronómica, que no es ni más ni menos que encontrarnos con lo que comíamos cuando niños, la comida casera, nuestras señas de identidad gastronómica, en definitiva, encontrarnos con nosotros mismos.
«Yo no soy chusma, pero me encanta saber» pregonaba mi abuelo, cada tanto, justificándose al recibir información poco calificada o rumores sobre alguna persona de su entorno. El rumor o el chisme, forman parte de la vida cotidiana desde tiempos inmemoriales. El chisme es la información no verificada sobre una persona, que en general pretende criticarla.
Están de moda los llamados «libros objeto». Con esta denominación, que por cierto no me gusta nada porque cosifica su nobleza, se pretende describir los libros donde además del contenido, sobre todo, se importa mucho la forma, lo que lo convierte en un bello y atractivo producto. Esa cosificación a la que me refiero, hace que el comprador lo elija por la forma, «por lindo», y termine como decoración en la mesa ratona del living.
Tras su muerte, el genio sigue provocando. Se editó en nuestro país el libro póstumo de Umberto Eco (1932-2016) De la estupidez a la locura. Crónicas para el futuro que nos espera. Se trata de una serie de artículos de prensa, que el autor italiano publicó durante los últimos quince años. Meterse en la selva de reflexiones es una suerte de ejercicio intelectual que permite analizar los temas fundamentales de la vida contemporánea. Desde el racismo de hoy en día -tan vigente- hasta los medios de comunicación, pasando por la literatura y los teléfonos celulares. Y es justamente, en este tema, sobre el que quiero compartir algunos apuntes.
Por diferentes motivos, hay palabras y conceptos que se ponen de moda. Son como olas que van y vienen, pausada, cansinamente. Como quien no quiere la cosa, están instaladas en el habla cotidiana y, como llegaron se van a hibernar, para luego retornar con más fuerza. Los ejemplos son innumerables. El que hoy nos ocupa, tiene que ver con un concepto que trasciende la mera enunciación de la palabra. Se trata de GOURMET.
Este año, el director de la Comedia Nacional, Mario Ferreira se la jugó. Pisó fuerte y desafió al elenco oficial y a su público a tener en todo el año, sólo autores uruguayos. Al comienzo, como siempre, la incertidumbre. Al final del día, un resultado positivo, lo que demuestra que la jugada valió la pena. Desde Florencio Sánchez hasta Santiago Sanguinetti, sumado a los necesarios rescates de voces como las de Milton Schinca o Alberto Paredes. Justamente, sobre éste es que quiero compartir algunas reflexiones.
Firpo, con paciencia y mucho humor, recopiló máximas tiernas, increíbles y divertidas que escuchó, vio o leyó en sus años de maestro de escuela. Se definió como «un maestro que ama muchas cosas: la escuela; los niños; el pueblo en que nació y vivió, Piñera; un buen mate; sus amigos. Un maestro que ama su profesión, en la que pudo haber hecho mejor las cosas; que conoció mucha gente y muchos lugares; y que todavía cree que en cualquier instante pasarán corriendo delante de él, vestidos de blanco, con moño azul, y jugando a cualquier juego.
Los lugares turísticos tienen alguna atracción que los distingue. A veces son referencias a la historia, casas de famosos o residencias, otras tienen que ver con accidentes geográficos, que hacen que un punto tenga interés. Las políticas turísticas y las estrategias privadas, apuntan, generalmente, a desarrollar actividades en torno a ese lugar distintivo.
La última crónica publicada por www.delicatessen.uy del Gourmet Enmascarado, me hizo reflexionar sobre un aspecto que puede ser trascendente a la hora de mejorar los servicios turísticos, de gastronomía, o nuestra relación con experiencias que involucren el pago por determinadas tareas o productos.
Es un tema siempre controversial. ¿Si o no a la propina? ¿De qué depende el monto? ¿Está bien la norma internacional del diez por ciento de la consumición? Preguntas sin reglas generales y de respuestas absolutamente personales.
Me molesta profundamente la impuntualidad. ¿De dónde viene esta maldita costumbre tan uruguaya de citar a las 20 para empezar a las 20:30 hs? ¿Quién la inventó? No lo marco como un mérito personal, pero siempre fui puntual. No se me ocurre otra cosa. Si alguien me cita a esa hora, debo estar a esa hora y no a otra. Las 15 son las 15 y no las 15:20, pero tampoco son las 14:30 hs. Es tan impuntual el que llega tarde como el que llega temprano.
Hace algunos días fuimos al teatro. El autor de la obra es un mexicano que tiene mucho vínculo con Uruguay, se llama Humberto Robles. La obra, interesante juego de comedia negra, humor y drama, es definida por el autor como «teatro útil». Confieso que era la primera vez que escuchaba sobre esa categoría dramática.
Hace algunos días vi una foto en Internet, donde un restaurante ofrecía precios bonificados a los comensales que, directamente, dejaran sus celulares en la puerta, en una suerte de «ropería de celulares». No sé si ese lugar existe o era una muy buena ocurrencia. La foto en cuestión me hizo pensar en que la idea no es mala, porque ya no alcanza con una sugerencia de no usar el celular durante el almuerzo o la cena. Estamos ante un fenómeno de omnipresencia tecnológica que hace que se pierdan prácticas esenciales de la relación entre las personas, en este caso, la conversación.
Hace algunas semanas, muchos lectores se escandalizaron con un artículo en el que Fernando Savater defendía el ocio y las vacaciones. El filósofo español escribió que «la ética del trabajo como salvación tiene muchos predicadores, no sólo en el mundo protestante, y no todos recomendables: aún recordamos al jefe de empresarios estafador cuyo mandamiento era “trabajar más y cobrar menos”.
En 2008, la editorial Edhasa, editó un libro muy particular que se llamó Retratos. Aunque para mí son caricaturas. Más allá de las definiciones, el artista plástico argentino Pablo Bernasconi, hace un trabajo de acercamiento a los personajes que sorprende. Impresionado por esas ilustraciones, y con la idea de publicar en Montevideo, le realicé una entrevista por correo electrónico, que por diversas circunstancias, nunca salió. Es ahora, delicatessen.uy el mejor lugar para compartir algunos de esos retratos y la respuesta de Bernasconi.
Hace un par de semanas, El País de Madrid lo definió como «el gran outsider de la cultura francesa que se reinventa como artista contemporáneo». El título de la nota del periodista Alex Vicente era una frase del propio escritor, «hay que interrumpir el confort con sobresaltos». No deja de ser una justa síntesis de lo que es Michel Houellebecq (1956) en los tiempos que corren.
La gastronomía es creatividad, los platos se reinventan constantemente y esto forma parte de lo atractivo de la cocina. Si bien hay una tendencia de que todo está permitido, también es cierto que un plato, cuando es clásico, tiene sus reglas.
La novela “La misteriosa llama de la reina Loana» de Umberto Eco, tiene mucho que ver con la memoria. Con la memoria perdida, con la memoria recuperada, con la memoria afectiva. Trata de un hombre que de un día al otro pierde su memoria, tras un accidente que tampoco recuerda.
Hay un divertido chef que tiene un programa que emite el canal vasco de televisión. Se llama David de Jorge y el programa tiene el original nombre de “Robin Food. Atracón a mano armada”.
Como que han desaparecido. Uno ya casi no los escucha. Fueron compañía en remolonas mañanas o en siestas calientes. Sin embargo, están en vías de extensión: los gritos y sonidos callejeros.
El escritor Carlos Liscano describió que “en Montevideo el viento viene del río, viene del norte, viene del este, viene del oeste, se mete en las calles, invade las casas, entra en la cabeza de la gente, la vuelve descreída, pesimista y gris. Por culpa del viento a los tres meses de haber nacido el montevideano adquiere las características nacionales para toda la vida. Viento y humedad, eso es Montevideo.” Por suerte, en San José de Mayo no hay de esos vientos. Ya es un buen comienzo para diferenciarnos de la capital del país, aparte de los 92 kilómetros que nos separan.