Lo que trajo el río | Ernesto Eimil Reigosa
En sus casas, la gente guarda fotografías de gente que ya no es. La gente guarda, incluso, partes de gente. Si te tienen confianza te invitan a pasar y las muestran. Tienen que ser huesos pequeños, vértebras y así que sirvan como amuletos, que se escondan fácilmente en el bolsillo.