Ignacio Martinez (Montevideo, 1955) es dramaturgo y prolífico escritor para niños, adolescentes y adultos. Según su página web, Ignacio fue «desde limpiador hasta docente y desde lava copas hasta asistente de laboratorio clínico».
Un sabor de la infancia
El licuado de banana con leche.
Una manía confesable
La meticulosidad para la perfección (típico virginiano).
Un amuleto
Semilla de Pepa de Zamuro, también conocida como Ojo de Venado, que me obsequiaron hace 36 años en Venezuela a propósito del nacimiento de mi hija.
El último libro que leí
«Todos los universos posibles» de Ana María Shua.
Una película que me marcó
«Nos habíamos amado tanto» y «El ejército de las sombras».
Algo que evito
Los ruidos escandalosos.
Si pudiera volver a empezar sería
Músico (además de escritor).
Un lugar para vivir
Mi casa que adoro.
Un lugar para volver
Tarragona.
Una materia pendiente
Aprender a tocar bien el violín.
Un acontecimiento que cambió mi vida
Saltar la reja del fondo del liceo Miranda en 1968 y comenzar a transitar mi primera juventud de la mano de los sueños y utopías que aún me acompañan.
El escritor definitivo
Walt Whitman (traducido por León Felipe).
Algo que jamás usaría
Corbata (aunque llegué a usar, claro está).
La última vez que pensé “tierra, trágame”
Cuando me pidieron que tocara el piano en público, cosa que me da mucho miedo escénico.
El lugar más feo del mundo
Todos los que están padeciendo la guerra porque «es un monstruo grande y pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente».
Una rutina placentera
Levantarme temprano sin tener que salir de casa y preparar el mate…amargo.
Me aburre
La charlatanería sin interés y el fútbol sin pasión.
Una extravagancia gastronómica que frecuento
Los huevos rellenos como entrada, casi siempre que cocino.
Una canción que aún me conmueve
«Andaluces de Jaén».
Un restaurante que nunca falla
Son dos los que frecuentamos, Micon´s y El Tinkal.
Algo que cambiaría si pudiera
La estupidez humana, la indiferencia, la credulidad.
El valor humano que más admiro
La solidaridad y la sensibilidad.
Una última palabra
Paz.