Gracias a Violeta | Roberto Bennett
Sus pies pequeños, femeninos, recorrieron playas, desiertos, ciudades, pampas, montañas y llanos, en busca de una dulce melodía que alegrara el canto de todos y su propio canto. Humilde, todo corazón, compuso las canciones más bellas que se puedan soñar para un ser amado.