Fernando Alvarez Cozzi, (Montevideo, 1953) es artista visual y diseñador gráfico. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes del Uruguay. Es introductor del videoarte en el Uruguay en 1982 y Fundador del Núcleo Uruguayo de Videoarte. Expuso individualmente dibujos en galería U de Montevideo en 1974 y 1975, y en la Alianza Cultural Uruguay–Estados Unidos de América en 1979. Participó del Salón Latinoamericano de la 10a. Bienal de París en 1977. En 1981 integró la muestra itinerante por cinco ciudades alemanas Arte Contemporáneo en el Uruguay, organizada por el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo.Entre 1974 y 1992 integró el grupo Teatro-Danza de Montevideo junto a los bailarines y coreógrafos Julia Gadé y José Claudio, haciendo performances, trabajos para teatro, tres cortos en 16 mm. y varios videos. En 1979 formó parte del grupo Octaedro hasta su disolución en 1982. Como videísta participó en varios festivales y muestras internacionales entre los que se destacan: World Wide Video Festival de Holanda (1992, 1993 y 1996). Video Brasil (1994 y 1996), Pandemonium Video Festival de Londres (1998). Interferences, Festival de Arte Multimedia Urbano de Belfort, Francia (2000), 11ª Bienal de la Imagen en Movimiento de Ginebra, Suiza (2005) y la III Bienal de Arte del MERCOSUR, con la videoinstalación ‘Paisaje 1’ (obra realizada junto al músico Carlos Pellegrino. Porto Alegre, 2001). Integra el Departamento Audiovisual del Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo. Obtuvo el Premio Figari 2008 a la trayectoria artística, otorgado por el Banco Central del Uruguay y la Asociación de Críticos de Arte.
Un sabor de la infancia
Son varios sabores de comidas que mi tía Cata hacía cuando llegaban las fiestas de fin de año. Los crispelle (una especie de churro de masa con papa), la pignolatta (unas pequeñas bolitas de masa frita que se comen con miel y grajeas de colores) y principalmente algo, que no se como se escribe en italiano, (dicho suena algo como strungeoli) y que son como un snack con forma de gnocchi de masa frita que mi tía los hacía salados, pero que en Italia se comen preferentemente dulces.
Una manía confesable
Adivinar los finales de las películas de Hollywood.
Un amuleto
No tengo amuletos.
El último libro que leí
Mi vida con Vostell, un artista de vanguardia, de Mercedes Guardado (quien fue su esposa). No terminé de leerlo porque me resultó muy aburrido.
Una película que me marcó
2001 una odisea del espacio, de Stanley Kubrick. La ví por primera vez en 1971 en el cine Ambassador en 70 milímetros y sonido cuadrafónico. Nunca vi un filme en mejores condiciones técnicas que esas, desde entonces.
Algo que evito
A mis enemigos. Cuando me peleo con alguien es para siempre.
Si pudiera volver a empezar sería
Contador. Es la única profesión donde se hace buen dinero. Principalmente si manejás mucha información confidencial de la empresa en donde trabajás.
Un lugar para vivir
Desde Montevideo, cualquier otro lugar se ve más interesante para vivir.
Un lugar para volver
Buenos Aires, nuestra verdadera capital, como decía Gustavo Escanlar.
Una materia pendiente
Ganar el 5 de Oro.
Un acontecimiento que cambió mi vida
Los acontecimientos importantes más que cambiar mi vida la consolidaron. Tal vez no supe aprovechar la oportunidad de irme del país en 1975. A lo mejor eso sí habría cambiado mi vida.
El escritor definitivo
Felisberto Hernández.
Algo que jamás usaría
Piercings.
La última vez que pensé “tierra, trágame”
Cuando perdí mi billetera con 16.000 pesos dentro.
El lugar más feo del mundo
Cualquier sala de espera.
Una rutina placentera
Beber vino tinto.
Me aburre
La gente con pensamiento programado, por ser previsible.
Una extravagancia gastronómica que frecuento
Butifarras al escabeche.
Una canción que aún me conmueve
‘Falling’, el tema principal de Twin Peaks, de David Lynch, cantada por Julee Cruise.
Un restaurante que nunca falla
Creo que todos fallan en algún momento. Sobre todo en un país como el nuestro en donde es difícil mantener la excelencia.
Algo que cambiaría si pudiera
El gobierno.
El valor humano que más admiro
La inteligencia bien usada.
Una última palabra
Arte.