Rodolfo Santullo (México DF,1979) es escritor, periodista, guionista de historietas y editor de historietas al frente de Grupo Belerofonte. Como guionista publicó las novelas gráficas Dengue (2012) y Los últimos días del Graf Spee (2008; 2013), ambas ilustradas por Matías Bergara; El oro del Zar (ilustrada por Marcos Vergara, 2015); Zitarrosa (ilustrada por Max Aguirre, 2012; 2015), entre muchas otras.Como narrador ha publicado Perro come perro (cuentos; Artefato, 2006; Llanto de mudo, 2012), Las otras caras del verano (novela junto a Martín Bentancor; Amuleto, 2008); Cementerio Norte (novela; Trilce, 2009); Sobres Papel Manila (novela; Estuario, 2010); Aquel viejo tango (novela junto a Martín Bentancor; Estuario, 2011); El último adiós (novela, Banda Oriental 2013), Matufia (novela Premio Nacional de Narrativa, 2013; Estuario, 2014) y Luces de neón (novela; Estuario, 2016).
Un sabor de la infancia
Helado de Amaretto tomado en el Parque España de la Colonia Condesa de México DF. Es de las pocas cosas que recuerdo de mi infancia allá.
Una manía confesable
Reseñar con minuciosa obsesión todas las películas y series que veo más los libros que leo.
Un amuleto
Un martillo de Thor finlandés que me trajo de allá Matías Bergara, hecho por una fragua a la usanza de hace 1500 años.
El último libro que leí
Strega de Andrew Vachss, notable novela policial negra hard boiled.
Una película que me marcó
It’s a Wonderful Life de Frank Capra.
Algo que evito
Las compañías nocivas, esos que se juntan a hablar mal de otros.
Si pudiera volver a empezar sería
Lo mismo, venimos bastante bien.
Un lugar para vivir
Donde vivo, barrio Jacinto Vera de Montevideo.
Un lugar para volver
Oaxaca, en México.
Una materia pendiente
Aprender a tocar algún instrumento, la guitarra quizá.
Un acontecimiento que cambió mi vida
El nacimiento de mis hijos.
El escritor definitivo
Puh. Dificilísimo. Voy por alguno de los clásicos sin falla, Jack London o R.L. Stevenson.
Algo que jamás usaría
Zuecos.
La última vez que pensé “tierra, trágame”
Me pasa bastante seguido, el otro día que me confundí a una vecina con la peluquera del barrio y le estuve hablando de cortes de pelo cinco minutos hasta que mi esposa me hizo notar mi error.
El lugar más feo del mundo
A riesgo de todavía conocer otro peor, Ciudad del Este en Paraguay.
Una rutina placentera
Levantarme 6:30, acompañar a todos a la parada a tomar el bondi, volver a casa, hacer el mate, escribir.
Me aburre
El golf.
Una extravagancia gastronómica que frecuento
No sé si califica de extravangacia: exacerbado uso de picante.
Una canción que aún me conmueve
El tiempo está después de Fernando Cabrera.
Un restaurante que nunca falla
El Chipirón en la Ciudad Vieja.
Algo que cambiaría si pudiera
Sería más ahorrativo.
El valor humano que más admiro
La honestidad.
Una última palabra
Adeu
Ilustración: Liniers – Libro Dis-Tinta