Para Umberto Eco la presencia de los super héroes, en gran parte del entretenimiento de la sociedad contemporánea, es señal de la cultura de consumo y de masas en la que estamos inmersos.
En su emblemático ensayo Apocalípticos e integrados, el semiólogo italiano, que estudia específicamente a Superman como icono de la cultura masiva, reconoce que los poderes con los que cuenta Clark Kent, tiene prestigiosos antecedentes en otros héroes clásicos como Hércules, Sigfrido, Orlando, Pantagruel o, inclusive, Peter Pan, o Sherlock Holmes. La idea de Eco se puede resumir en que «Superman surge en un mundo jerarquizado donde el individuo es un número, donde la fuerza es superada por la máquina. Por ello, Superman es el mito del lector común.»
Para Eco, hay una identificación del ciudadano medio, con el tímido periodista de El Planeta, que es tímido, baja autoestima, acomplejado, despreciado y hasta fracasado en el amor. Pero mágicamente, desde las sombras, surge exactamente lo contrario: un avasallante y valiente superhéroe. En la primera aventura de Superman -junio de 1938-, sus creadores, Jerry Sieguel y Joe Shuster, escribieron «¡justo cuando un planeta lejano era destruido, un científico colocó a su hijo pequeño en un cohete que lanzó en dirección a la Tierra! Cuando el cohete aterrizó, un motorista que pasaba cerca, al descubrir al niño, lo entregó a un orfanato. Los funcionarios, que no eran conscientes de que la estructura física del niño estaba avanzada millones de años respecto a la suya, quedaron asombrados ante su tremenda fuerza. Al alcanzar la madurez, el joven descubrió que podía saltar desde un edificio de veinte pisos, correr más rápido que un expreso … ¡Y además su piel era inmune a las balas! Desde un principio, Clark decidió usar su fuerza titánica de manera que la Humanidad se beneficiara de ella. Y así, nació … ¡Superman! Campeón de los oprimidos, la maravilla física que juró dedicar su existencia a ayudar a quienes lo necesitaran».
Pero más allá de Superman, el desarrollo de la industria de la historieta o del cine o antes, la literatura desde sus orígenes, han generado personajes que se transforman en modélicos o en identificaciones o en aspiraciones de los espectadores. Antes que nada, los relatos que tienen a los superhéroes como protagonistas, son narrativa, son ficción, son literatura, son novela gráfica o historieta. Son relatos, cuentos
La psicología y la semiótica han analizado hasta el hartazgo este tipo de mitos. Hace ya un buen tiempo que varias disciplinas han tomado a estos personajes como centro de su estudio. La ya citada psicología, la filosofía, la antropología, o la física, por citar algunas.
Hay un interesante trabajo, La física de los superhéroes, donde el investigador norteamericano James Kakalios (Universidad de Minnesotta), que recurre a elementales nociones del álgebra y de la física para explicar que tanto héroes y como villanos, se comportan de acuerdo con las leyes de la ciencia.
En la misma línea, La ciencia de los superhéroes del chileno Juan Scaliter, que «a lo largo de más de sesenta personajes, muestra cómo la ciencia ha logrado recuperar recuerdos de un cerebro muerto (uno de los poderes que ostentaba Linterna Verde), crear nuevos elementos (como el adamantium de los huesos de Lobezno), concebir un cuerpo con órganos artificiales o directamente la vida artificial -según anticipaba Richard Reeds de los 4 Fantásticos – o diseñar un suero para convertirnos en superatletas, como el Capitán América.»
En Uruguay, un programa que se emitió durante dos temporadas por TNU, Superhéroes de la física, analizó, con cabeza uruguaya, qué probabilidad tenían de ser ciertos, los poderes de los más famosos personajes de comics. La conducción la realizó un físico uruguayo, especialista en biomecánica y paleobiología, Ernesto Blanco, y la dirección estuvo a cargo del músico Leo Lagos (The Supersonicos), que explicó a un portal de noticias que «el objetivo (del programa) es explicar los poderes de los superhéroes desde la positiva. Lejos de usar la ciencia para terminar con la fantasía, el programa pretende entender por qué un héroe es capaz de tener el poder que posee. Estos programas uruguayos, que están en el podio de lo mejor que se ha emitido por el canal oficial, se pueden ver aquí: https://www.youtube.com/user/tvsuperfisica
Hace algunos años, se editó un libro del periodista Matías Castro, Superhéroes en el cine. Las películas que definieron un género (1943-2014). El prólogo está escrito por el periodista y humorista Ignacio Alcuri. En él dice que «dudo que un día los ejecutivos de Hollywood se hayan dado cuenta (por fin) de que los cómics son una forma de contar historias tan válida como otras, con su producción mas comercial pero también con obras de arte y personajes que se prestan para el salto a la gran pantalla. Si tuviera que apostar, diría que uno de estos tipos se quedó sin ideas que presentar, se le acabaron las series televisivas viejas que arruinar con remakes y, para salir del paso, manoteó una historia que el hijo había olvidado en el asiento de atrás del auto. Ni siquiera tuvo que pagarle a un artista de storyboards para hacer más ‘vendedora’ su idea.» Antes, Alcuri había admitido que «desde hace algunos años vivimos una ‘era dorada de las adaptaciones de cómics por parte de los estudios cinematográficos estadounidenses, que producen la mayoría absoluta del menú que ofrecen las salas de cine en nuestro país»
El libro de Castro es un sumario completo de las películas que han hecho famosos a centenares de personajes, que pudieron, o no, salir de una revista de historietas, pero que lo que es seguro, gracias a la industria del entretenimiento, se han transformado en mitos para los espectadores puedan identificarse, si es que lo necesitan, o que, por lo menos se entretengan, que es lo que, indudablemente, pretende hacer cada una de estas historias.