Lo que hice o no hice ya es irrelevante | Armando Sartorotti

Armando Sartorotti (Montevideo, 1956) es fotógrafo de formación autodidacta. Según publica su página web www.sarto.com.uy «participó en doce exposiciones colectivas y dos exposiciones individuales. En 1998 fue curador de «Montegrafías», una exposición de fotógrafos uruguayos que se exhibió en gran formato en las paradas de ómnibus de Montevideo. En 1991 ganó el primer premio y cuatro menciones en el concurso de fotografía sobre la infancia organizado por OEA-UNICEF. ​En 1992 obtuvo Mención de honor en el Salón Municipal de Artes Plásticas. En 1998 la Fundación Lolita Rubial -que anualmente entrega los premios a la cultura uruguaya-, le otorgó el Morosoli de plata por su trayectoria. Su trabajo como fotoperiodista comenzó en el año 1983, en el diario «5 días», como fotógrafo free-lance trabajó para la agencia Prensa Latina, los semanarios Jaque, Brecha, La Razón y Alternativa. Fue jefe de fotografía de La República, El Observador y Búsqueda. Desde 1993 es docente universitario. En julio de 2010 viajó a República Democrática del Congo y a Haití para documentar gráficamente la vida cotidiana de los soldados de las fuerzas de paz uruguayas, como parte de un proyecto enmarcado en los festejos por el bicentenario de la creación del Ejército Uruguayo. Ese trabajo culminó con una exposición en el Atrio Municipal de la Intendencia de Montevideo, que luego recorrió todos los departamentos del país y con la publicación del libro Más allá del deber.

 

Un sabor de la infancia
Las gotas de limón que llegaban a mi boca cuando mi madre no tenía gomina para peinarme.

Una manía confesable
Colgar las camisas de una determinada forma.

Un amuleto
El pantalón del piyama que usaba mi hijo Gonzalo cuando tenía 4 años.

El último libro que leí
Viaje al corazón del día de Armonía Sommers.

Una película que me marcó
Cinema Paradiso.

Algo que evito
Mirar para los costados a ver cómo avanzan mis colegas.
Mirar para atrás. Lo que hice o no hice ya es irrelevante.

Si pudiera volver a empezar sería
Biólogo.

Un lugar para vivir
Montevideo.

Un lugar para volver
República Democrática del Congo.

Una materia pendiente
Muchas. Todas las que necesitaría para terminar secundaria.

Un acontecimiento que cambió mi vida
Varios. Los nacimientos de mis hijos.

El escritor definitivo
Cientos. Alejo Carpentier, por nombrar uno.

Algo que jamás usaría
Sombrero de copa. Aunque…

La última vez que pensé “tierra, trágame”
No lo recuerdo.

El lugar más feo del mundo
La guerra.

Una rutina placentera
Escuchar Sarandí los sábados de mañana.

Me aburre
El esnobismo de algunos medios de prensa.
La soberbia de algunos periodistas que creen que cambian algo.

Una extravagancia gastronómica que frecuento
Tratar de hacer dulce con muy poca azúcar y frutas que la gente tira.

Una canción que aún me conmueve
Cientos. Por nombrar tres El Necio de Silvio Rodriguez.
Pequeño Vals Vienés cantada por Silvia Pérez Cruz.
Samba pa ti, porque me recuerda a los bailes de mis doce años en casas de amigos.

Un restaurante que nunca falla
El Luzón. El mejor churrasco con papas fritas y huevo frito de Montevideo.

Algo que cambiaría si pudiera
Mi estatura.

El valor humano que más admiro
La honestidad.

Una última palabra
Dos, las que me gustaría poder decir en el último segundo. Te quiero.