Me aburre la gente que analiza el mundo sólo en base a juicios morales | Hoenir Sarthou

Hoenir Sarthou (Montevideo, 1956) es abogado y periodista. Columnista del semanario Voces e integrante de la tertulia de En Perspectiva.

Un sabor de la infancia
El zapallo en almíbar que hacía mi abuela, y el chocolate, siempre.

Una manía confesable
Dejar casi todo para último momento.

Un amuleto
Una camisa, ciertos zapatos, un billete de un dólar que llevé en el bolsillo durante mucho tiempo.

El último libro que leí
El último que me impactó fue “Sumisión”, que tal vez podría considerarse más un ensayo que una novela.

Una película que me marcó
Dos: El Padrino y All That Jazz, la única musical que me fascinó.

Algo que evito
Los programas de periodismo deportivo.

Si pudiera volver a empezar sería
Probablemente estudiaría filosofía más ordenadamente.

Un lugar para vivir
En mi caso, Montevideo, porque nací aquí y eso es un vínculo irrepetible. Pero creo que toleraría con gusto largas estadías en Madrid, Río de Janeiro y Nueva York.

Un lugar para volver
Madrid, Río de Janeiro y New York.

Una materia pendiente
Varias: tener una charla con un amigo del que estoy distanciado desde hace tiempo; hay algunas ideas a las que me gustaría darles forma de libro; conocer Italia y Grecia.

Un acontecimiento que cambió mi vida
Los que me gusta mencionar son los nacimientos de mis tres hijos. Otros son más privados y algunos son dolorosos.

El escritor definitivo
Borges. Porque su escritura me parece lo más cercano a la perfección y porque es un Aleph que contiene muchas literaturas y muchas filosofías.

Algo que jamás usaría
Creo que los “Crock”.

La última vez que pensé “tierra, trágame”
No hace mucho, critiqué a una persona sin saber que su esposa estaba presente. El único consuelo es que el criticado ya sabía lo que pienso de él.

El lugar más feo del mundo
Me falta conocer mucho mundo.

Una rutina placentera
Ver cine y series en Netflix.

Me aburre
Los trámites burocráticos, el periodismo deportivo y la gente que analiza el mundo sólo en base a juicios morales.

Una extravagancia gastronómica que frecuento
No soy muy extravagante, pero si frecuento alguna de seguro tiene chocolate. Una canción que aún me conmueve
¡Tantas! Desde La Marsellesa hasta Nos sobran los motivos, pasando por El violín de Becho y sobre todo por el tango.

Un restaurante que nunca falla
Nadie es infalible. Pero, por ejemplo, almuerzo muy seguido en tres lugares: Raspini, Amaranto y La Olla. Cada cual en su estilo, no me decepcionan.

Algo que cambiaría si pudiera
Y…si me dan la chance, el mundo.

El valor humano que más admiro
La inteligencia, cuando no está contaminada de “viveza”, es un camino bastante seguro hacia las demás virtudes.

Una última palabra
Espero demorar bastante en decirla.