Elbio Rodríguez Barilari (Montevideo, 1953) es compositor, saxofonista y guitarrista, escritor, periodista y hombre de radio. Elbio salió a la luz pública en 1975, cuando Rubén Castillo lo incorporó a su equipo de Radio Sarandí. Luego ingresó a las páginas culturales de “El País”, donde escribió durante 37 años ininterrumpidos. Hace 20 años emigró a Chicago para convertirse en el director del semanario en español más importante de Estados Unidos, La Raza. En 2007 saltó al medio universitario y actualmente dicta los cursos de Música Latinoamericana e Historia del Jazz en la Universidad de Illinois. Sus obras sinfónicas y de cámara se han vuelto frecuente presencia tanto en los escenarios de Estados Unidos como de Europa. A nivel de bandas, en 2006 fundó “Global Warming” y desde 2012 integra VOLCANO RADAR, uno de los grupos más destacados de la escena de Chicago en el campo de jazz y rock experimentales. La música de Elbio tiene presencia en internet mediante su propio canal de youtube ELBIO BARILARI. Su programa de radio, que sale en más de 300 emisoras en todo el mundo, puede escucharse sin costo en WFMT.COM/FIESTA. Además Elbio escribe una columna mensual para el semanario uruguayo Relaciones.
Un sabor de la infancia
El chupín de pescado que hacía Rijo, el exjugador de Peñarol, en los “cajones” de pescadores de playa La Mulata. Lo cocinaba en una olla como de 100 litros que ponía sobre un Primus gigante con tres boquillas. Nunca ví otro Primus así. Para los chiquilines que tuvimos ese privilegio, un sabor eterno.
Una manía confesable
El fútbol, por supuesto. Mirarlo y jugarlo. Todavía juego. Hincha de Defensor y en Europa, del Atlético de Madrid. Pero detesto el fanatismo. Lo mío son el placer del juego y su mitología.
Un amuleto
La “cabecita” de oro Chibcha, cultura indígena colombiana, que me regaló Susana Rinaldi en el 2002 cuando le hicimos el homenaje a Piazzolla en Chicago.
El último libro que leí
“Ontheroadagain”, el nuevo libro de Macunaíma, donde además “trabajo” de personaje. Una experiencia bastante exótica eso de verte convertido en alguien que no sos vos, pero que de alguna manera, sí, seguís siendo vos. Alucinante lectura. Por fin se está reconociendo a Macunaíma como el gran poeta de nuestra generación que es.
Una película que me marcó
¿Una…? Bueno, “Perdidos en la noche”.
Algo que evito
Los necios… pero no es fácil.
Si pudiera volver a empezar sería
Autor de canciones, cantautor, los admiro enormemente. Es un arte sublime el de hacer letras y músicas sencillas pero no “simples” y que queden en la memoria de la gente. Y crecí cerca de algunos de los mejores, como Darnauchans y Fernando Cabrera. Todo un privilegio.
Un lugar para vivir
Brasil o España, dos países que adoro.
Un lugar para volver
El Caribe, siempre.
Una materia pendiente
Mesopotamia.
Un acontecimiento que cambió mi vida
El golpe de Estado. Nunca recuperaremos la vida que nos robaron.
El escritor definitivo
Borges, sin duda.
Algo que jamás usaría
Chancletas “Sorpasso”.
La última vez que pensé “tierra, trágame”
Cuando ganó Trump.
El lugar más feo del mundo
La intersección donde mataron a Kennedy, en Dallas. El peor lugar para morir.
Una rutina placentera
Preparar el mate y bajar al estudio a componer, ensayar, grabar. Tener un estudio en casa me ha cambiado la vida, realmente.
Me aburre
Esas “series” de Netflix y otras por el estilo que están tan de moda.
Una extravagancia gastronómica que frecuento
Cocina etíope. Alucinante. Te traen diversas recetas en una bandeja como de fainá, que recubren con “injera”, un pan esponjoso que es como si fuera una filloa enorme. Encima colocan una porción de pescado, una de cordero, otra de espinacas, garbanzos, papas, cada una preparada con su propia salsa. Y todo el mundo come con las manos, usando ese pan “injera»: para servirse. Y el vino es hidromiel, vino de miel, como el de los griegos de Homero. Ya me dieron ganas… voy a ver quién se anota para ir a almorzar al etíope.
Una canción que aún me conmueve
Dos. “La casa de al lado”, de Fernando Cabrera: “No hay tiempo, no hay hora, no hay reloj, no hay antes, ni luego, ni tal vez”… Y “Como los desconsolados”, de Darnauchans: “Se detienen en las plazas como esperando la noche”…
Un restaurante que nunca falla
“Botín”, en Madrid, por algo fue fundado en 1725 y tan campante. Voy cada vez que ando por allá.
Algo que cambiaría si pudiera
El mundo. Pero la changa me va quedando un poco grande.
El valor humano que más admiro
La lealtad.
Una última palabra
Con Vinicius, repetir aquello de: “vivir cada segundo como nunca más”.