Fernando Cabrera (Montevideo,1956) guitarrista, cantante, compositor, productor, arreglador. Posee una extensa carrera como solista e integró grupos emblemáticos de la música uruguaya, como MonTRESvideo o Baldío. Ha realizado música para películas y teatro. Es considerado como un autor de referencia en el Río de la Plata, que con su obra influyó en más de una generación de creadores. En junio de 2012 recibió el Premio Graffiti a la Trayectoria. En 1984, comenzó su carrera solista, la cual quedó registrada en el álbum El viento en la cara. A partir de ese momento su producción ha sido ininterrumpida, registrando alrededor de una veintena trabajos, entre los que se cuentan cinco discos de vinilo para distintos sellos y seis compactos. Trabajó con Eduardo Mateo en 1987 y al año siguiente se trasladó a La Paz, Bolivia, donde fue arreglista de varios músicos. Fue reconocido como Mejor solista Internacional del año (junto a Joaquín Sabina y Manu Chao) en el año 2003 por la revista Rolling Stone Argentina. Su disco Canciones Propias (Ayui, 2010) en el que registró -por primera vez en su carrera- una selección de títulos clásicos del cancionero popular uruguayo homenajeando a otros artistas, obtuvo amplio reconocimiento recibiendo el Premio Iris 201″ como Mejor disco del año y tres Premios Graffiti: Mejor álbum del año, Mejor álbum de música popular y canción urbana y Mejor diseño de arte. Acaba de editar un nuevo trabajo, 432 (Ayui)
Un sabor de la infancia
En El Prado, en la zona de la laguna y la calesita, aparecía a veces un heladero con su carro y vendía unos helados que venían en un paquete que era un cubo de cartón. No recuerdo la marca.
Una manía confesable
Tomar mate con yerba misionera o paraguaya. En Buenos Aires hay un local de productos de Misiones, en Bulnes y Rivadavia. Y cuando algún conocido viaja, le pido me traiga yerba de Asunción.
Un amuleto
No tengo.
Último libro que leí
La velocidad del entusiasmo, de Alejandro Ferreiro (que reúne 3 novelas breves de distintas épocas)
Una película que me marcó
El volar es para los pájaros, Robert Altman. La ví en el cine de Atlántida en el verano 73-74. Yo 16 años. Salí perplejo. Por primera vez cosas que no entendía del todo no me provocaron rechazo sino ganas de descubrir por qué no las entendía y ganas de tratar de entenderlas.
Algo que evito
Ir a lugares donde hay mucha gente desconocida. Manifestaciones, playas, rutas, discotecas, bares, estadios, etc.
Si pudiera volver a empezar sería
Inteligente.
Un lugar para vivir
Algún balneario uruguayo con buenos servicios.
Un lugar para volver
Andorra. La Paz. Rio de Janeiro.
Una materia pendiente
Dibujar.
Un acontecimiento que cambió mi vida
Que mis padres me regalaran una guitarra a los 6 años.
Un escritor definitivo
Jorge L. Borges.
Algo que jamás usaría
Tatuaje.
La última vez que pensé “tierra, tragame”
No me acuerdo. Antes me pasaba más a menudo porque era muy “sincericida”. Ahora cuido mucho mis palabras porque no me gusta herir o incomodar, ya que mi opinión no vale más que ninguna otra.
El lugar más feo del mundo
Todavía no lo conozco.
Una rutina placentera
El tiempo que va desde que me despierto hasta que comienzo el día. Estiramiento en la cama, lectura de algo en el celular, desayuno, radio al azar. Ir tachando tareas de una lista.
Me aburre
En realidad casi nada. O más bien no le temo ni le huyo al aburrimiento.
Una extravagancia gastronómica que frecuento
Como comida desarmada, o sea que casi todo lo que como es visto como una extravagancia.
Una canción que aún me conmueve
Gurí pescador, El alazán, Zamba del grillo, Day tripper, El gordo triste, Yer blues, Y hoy te ví, Samba de una nota sola,
Un restaurante que nunca falla
Errar es humano.
Algo que cambiaría si pudiera
Que los hombres nazcan con desigualdades. Me encantaría que la carrera sea pareja, como en el deporte.
El valor humano que más admira
La sensatez. Una persona sensata hace lo que quiere conmigo.
Una última palabra
No quiero tener la última palabra. Pero si insistís, gracias.