Uno de los tantos méritos que tiene la película argentina, dirigida y escrita por el argentino Damián Szifron en 2014, es que a través de las anécdotas que se cuentan en cada uno de los capítulos, independientes, uno de otro, tienen un denominador común vinculado a la soledad de los protagonistas, la aridez de los vínculos personales y la agresividad explícita o implícita que está en cada una de las historias. Esa comedia negra, como se definió al género de Relatos salvajes, se transformó en una forma de ver algunos aspectos primarios, de la sociedad actual, que, en el caso de la película, terminan, siempre, en tragedia.
El escritor Milton Fornaro publicó, el año pasado, a través del sello Alfaguara, la novela La madriguera. Me consta que fue un trabajo de varios años, de largo aliento, investigación y estudio, que se reflejó en un formidable libro, en éxito de crítica y ventas. Su publicación en el exterior da prueba de ello. Se trata de una historia que cuenta con el perfecto maridaje del género policial, de la novela negra, junto al humor característico del autor, junto a la precisión y rigor histórico del periodista. Una historia que involucró varios tiempos y geografías, como la de los 60 en Montevideo y las épocas del nazismo y los campos de concentración en Polonia. Tras La madriguera, Fornaro vuelve al cuento. Creo que lo necesitaba. Aunque el cuento no es un género menor, ni mucho menos, lo cierto es que el esfuerzo y el trabajo de su novela, aun para los seguidores fieles al escritor, necesitan un respiro, que este nuevo trabajo propone.
El oficio de Fornaro para contar, es reconocido no sólo a nivel de novelas de largo aliento, como la ya mencionada o en el relato breve, en los cuentos. Justamente un libro de relatos, es lo que acaba de publicar, a través de la editorial Banda Oriental. El nuevo libro de relatos, reúne historias bajo el título Accidentes domésticos, una suerte, de relatos salvajes, de personajes cotidianos, con los que podríamos cruzarnos en la calle en cualquier barrio de Montevideo o ciudad del interior. Nuevamente Fornaro hace gala de una increíble capacidad de observación, para narrar sobre situaciones, aparentemente simples, cotidianas, pero que en su esencia, son fundamentales en la vida de cada una de las personas que habitan en las páginas del libro.
En el prólogo de un libro anterior de Fornaro, (Murmuraciones inútiles, Alfaguara, 2004) el crítico Wilfredo Penco, escribió sobre “imprecisos límites de la ficción, superpuestos deliberadamente a los de la vida misma” y agragaba que “los sucesos narrados —desde los más extraordinarios hasta los menos relevantes— se convierten en implacables historias, tan feroces como seductoras. La naturaleza humana queda así al descubierto en sus entrañas, se deja ver en sus recónditas manifestaciones, postula a contramano lo que la apariencia niega.” Los mismos juicios de Penco, se podrían sostener para Accidentes domésticos.
Hay relatos de una, aparente y sutil ternura, pero que suponen terribles circunstancias de los personajes, por ejemplo en “Síndrome de Fernández” donde la historia de las enfermedades de José Fernández, raya una suerte de humor negro o en “Debajo de la caja de té” donde la memoria y los olvidos de los jubilados protagonistas, marcan una profunda desolación.
El autor eligió una frase de León Tolstoi para abrir este libro de relatos que dice que “todas las familias felices se parecen entre sí; las desgraciadas lo son cada una a su manera”. Justamente esa idea de Tolstoi, cruza cada una de las historias que Fornaro inventó -¿inventó?- para este libro. El cuento “La navidad de los adúlteros” encaja perfectamente en esta idea del escritor ruso.
Fornaro no necesita muchas palabras, porque es certero, para describirnos a cada uno de los personajes, donde conviven simultáneamente, aunque suene contradictorio, la piedad, la crueldad, la ternura, la compasión, la venganza, entre tantas luces y sombras de la condición humana.
El relato que abre el libro tiene una advertencia del autor deja constancia que lo allí relatado es absolutamente real, da fecha y lugar de lo relatado, a tal punto que lo tituló “Sic”. Ante la verosimilitud de ese primer cuento, el lector se verá interpelado durante todo el libro, para dudar sobre la credibilidad del resto de cada una de las historias que, insisto, parece que uno conociera del barrio.
La oncena de cuentos son pequeñas tragedias humanas, son accidentes domésticos que en la literatura de Milton Fornaro, muchas veces puedan transformarse en auténticos relatos salvajes.
ACCIDENTES DOMÉSTICOS – Milton Fornaro. Ediciones de la Banda Oriental. Montevideo, 2017. 144 págs.
Milton Fornaro (Minas, Lavalleja, 1957) escritor y guionista. Fue uno de los fundadores de las revistas de humor político El Dedo y Guambia. Codirigió el Diccionario de la literatura uruguaya (Arca, 1986). Fue guionista del programa cómico televisivo Plop, entre 1991 y 1992. Es autor de la obra Coquita Superestar (1992), en base a «Coquita», un popular personaje cómico interpretado por Imilce Viñas en el mismo programa. Coeditó y prologó La Tijera de Colón, facsimil de la primera revista en la que escribió Juan Carlos Onetti.En 2005 obtuvo el primer premio del Concurso Literario Anual del MEC, en la categoría narrativa, con su libro de relatos breves Murmuraciones inútiles. En ese mismo año obtuvo por unanimidad el premio Grinzane Cavour-Montevideo por la novela Si le digo le miento, traducida al italiano y publicada en Italia en 2007 (Ed. Nino Aragno, Turín). Por su trayectoria recibió el premio Morosoli de Plata 2009 en la categoría Narrativa. Con su novela Un señor de la frontera fue finalista en 2009 del premio Planeta-Casa de América. Su novela Cadáver se necesita (inútil sin experiencia) fue adaptada a la televisión con Roberto Suárez en el rol protagónico. Fue el primer episodio de la miniserie de cuatro unitarios Somos coproducida por Canal 10 y AGADU, por el que fuera nominada en el rubro de miniseries de la 41a. edición de los premios Emmy Internacional.
Ilustración de la nota y la tapa del libro del artista plástico Fidel Sclavo.
Foto del autor: www.scoopnest.com