El matrimonio es como un cacahuete, hay que romper la cáscara para ver lo que hay dentro.
La unión en el rebaño obliga al león a acostarse con hambre
Proverbio africano
Un hombre puede tener hasta cuatro esposas si su economía lo permite, no una “mina”, una amante, una novia y otra que le gusta. Esposas. Con lo que significa en una sociedad con un fuerte concepto de familia. El blanco (yo en este caso), juzga, “¿Y por qué ellas no pueden tener cuatro esposos?”. Una de ellas dice “¿Y cómo sabes de quienes son los hijos?” Y luego uno las ve funcionar, juntas, un grupo de amigas, trata de entender. La primera esposa es quien propone a las otras. El funcionamiento es distinto, no hay celos, como nosotros los conocemos. Ellas hacen que fluya. Alguna de las chicas que viajaban conmigo recibía escandalizadas la invitación de pasar una noche con el esposo. Ellas se divertían intentando explicar, antes podían tener un harén, ahora cuatro, y ya hay movimientos que fomentan la monogamia. Pero hasta sus defensores le ven defectos. Nos cuesta mucho no juzgar. Simplemente ver, entender y reflexionar para nosotros. Toda una novedad, quizás nuestra opinión no importe.
En África es importante ser madre y padre de muchos hijos, es parte de la realización personal. Lo mismo sucede con el casamiento. Uno o múltiple. Pero también es parte indivisible de sus vidas cuidar a sus hermanos. Los grandes cuidan a los chicos sin necesidad de mandato alguno. No conciben el mundo sin los de su familia cerca.
Claro que me gustaría que no hubiera machismo, por supuesto que no me gusta que las familias múltiples puedan ser posibles por la economía y no por el amor. Si por mí fuera, los niños serían niños, las niñas irían a la escuela siempre y no sólo en su tiempo libre de tareas. Tampoco me gusta la costumbre ancestral que a separa las familias por oficios, como se mantiene en algunos sitios muy conservadores, y los príncipes sólo se casan con príncipes, los artistas con artistas, y los campesinos con campesinos. A mí, y a muchos de ustedes, seguro no nos gustan muchas cosas de nuestras sociedades, pero dudo que las juzguemos con tanta superficialidad, y mucho más dudo que nos gustara que viniera una persona de lejos a opinar.
Además de lo que nos choca, podríamos señalar la educación de los niños, la dedicación de los padres, la alegría del ambiente familiar. Eso no es tan frecuente en nuestro evolucionado mundo.
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