Appetizer del chef italiano Enrico Crippa
«Cuentan que hace más de cien años, los hermanos Michelin comprendieron que si querían vender ruedas tenían que colaborar en su desgaste. ¿Y cómo hacerlo? Con una guía que incluyera garages, hoteles y restaurantes. Abrir la puerta, moverse, quemar neumáticos. acostumbraron a sus clientes a una proclama revolucionaria: salga usted de casa y explore. Una remota ciudad de provincias, podría albergar un restaurante con la misma calidad que la mejor de las casas parisinas. Y, además, venían a decir, usted se oxigenará, conocerá mundo, verá paisajes, saldrá de la rutina.» Esto lo cuenta el periodista y escritor catalán Pau Arenós (1966) en su libro ¡Plato! que acaba de llegar a Uruguay, editado por Debate.
No se trata de un viaje gastronómico, sino son treinta y dos viajes en los que el autor busca la inalcanzable comida perfecta. «Durante años he buscado la comida perfecta y me he aproximado un buen número de veces a ellas. ¿Existe? No lo creo, al menos, no en cuanto acto único: la comida perfecta, la que está por encima de las demás ¿Sólo una? ¡Qué triste! Las comidas perfectas son muchas y en todas ellas las circunstancias se imponen a la materia orgánica. Con quien nos sentábamos a la mesa, en qué lugar estábamos, cuál era nuestro ánimo. He degustado banquetes de irreprochable ejecución que no lograron conmoverme e imperfecciones que me hicieron estremecer. La comida perfecta aparece cuando no se busca, y sólo nos damos cuenta de la excepción en cuanto ha terminado», escribe el autor en el prólogo de este delicioso libro.
El ambicioso recorrido que emprendió Arenós, ocupó varios años que están rigurosamente marcados en cada capítulo que está conformado por diferentes sensaciones, según la ciudad, capital o pueblo que se recorra. Así aparecen desde Lima hasta Tokio, pasando por Viena, París o San Pablo. Pero también hay lugar para pequeños lugares como Alba, una población piamontesa de 35 mil habitantes que tiene «un restaurante con tres estrellas, bodegas potentes, vendedores de trufa blanca, fábrica de chocolates». Allí, el autor cuenta sobre la cocina «tranquila y vegetal» de un chef , Enrico Crippa, que hace ensaladas únicas, complejas, aunque el plato sean solo vegetales crudos. «Quería demostrar lo complejo que puede ser un plato no cocinado. Me siento cercano a la idea del sashimi. Lo no cocinado puede parecer sencillo, pero hay que tener cuidado con la complejidad de sabores y texturas, hay que estudiarla. No es fácil de reproducir.»
En los viajes del libro, hay para todos los gustos. Disfrutarán tanto los carnívoros como los vegetarianos y estarán de parabienes los bon-vivant que disfrutan de vinos exquisitos.
¡Plato! es un libro cargado de información y sensaciones, como pocos trabajos pueden lograrlo. Gracias a un riguroso trabajo periodístico conocemos a chefs prestigiosos y desconocidos, se comparten historias y hasta formas de tratar los productos pensados para una buena comida.
Lamento informar que Gastrópolis, la capital de la comida, no existe. Mucho menos existe la comida perfecta. Lo que si es posible y seguro, es el disfrute de su búsqueda. Ser eternos comensales de mesas y gastronomías variadas y originales que son, la mayoría de las veces, las señas de identidad de los pueblos y su gente.
¡Plato! – 32 viajes por el mundo en busca de la comida perfecta y algunas indigestiones y desengaños
Autor: Pau Arenós
Editorial: Debate
208 págs.