Más allá de las subjetividades que suponen los gustos, en este caso musicales, nadie puede negar que en la historia nueva de esta parte del mundo, el aporte de Jaime Roos (1953) ha sido fundamental.
Milita Alfaro es profesora de historia y docente de la Facultad de Ciencias Sociales. Desde el conocimiento académico, es de las investigadoras que ha llegado a contar la esencia de las fiestas populares uruguayas, sobre todo el carnaval. En 1987, cuando hacía más o menos un lustro, que Jaime Roos había regresado a Uruguay, le realizó una larga entrevista que tituló El sonido de la calle (Ed. Trilce), una primera aproximación a la vida y a la obra del músico, nuevamente, recién llegado. Ya en el 87, Alfaro, intuyó que Jaime Roos sería un fenómeno de la música uruguaya. Por algo lo eligió entre tantos que había en aquel momento, donde el movimiento de música popular era tan intenso y dinámico. Treinta años después, Alfaro hecha la falta con una investigación ambiciosa que ubica a Jaime Roos en el lugar que el músico se ha ganado con trabajo, esfuerzo y dedicación en el panorama musical uruguayo. Editorial Planeta acaba de editar un libro de algo más de quinientas páginas esenciales que son la radiografía fundamental para entender a Roos.
Durazno y Convención, Cometa de la farola, Brindis por Pierrot, Que el letrista no se olvide, El hombre de la calle, entre tantas otras canciones conforman la banda sonora del Uruguay de los últimos cuarenta años. El protagonista de esta celeste playlist es, sin dudas, Roos.
«Aunque la esencia última del arte es siempre indescifrable, en el punto de partida de este libro hay una pregunta que intenta desafiar esa premisa: ¿en qué medida el hombre explica al artista? En este caso concreto: para calibrar la proyección de su obra, ¿hace falta una vida de Roos que, sin perjuicio de pasiones y talentos innatos, también repare en las marcas vitales que propiciaron que esa obra fuera creada en un contexto singular e irrepetible?» Así comienza el libro Jaime Roos. El montevideano. Vida y obra, que en su título parece reducir el área de influencia del músico a la capital del Uruguay, pero que sin embargo, la trasciende para ser uno de los músicos más escuchados, difundidos e influyentes no sólo de Uruguay, sino del Río de la Plata. Jamás una biografía puede considerarse definitiva, porque jamás lo podrá ser, aunque algún ambicioso anuncio marketinero pretenda hacerlo. Pero sí se puede afirmar que una biografía como sobre la que estamos escribiendo, es tan profunda y minuciosa que llega hasta lo más profundo del hueso.
Desde su infancia, su familia, su adolescencia y Europa. Una intensa primera etapa vital donde se comenzó a diseñar un artista que sería modificado molecularmente no sólo por la influencia europea, sino por una distancia con el Uruguay complicado que le permitió crecer en forma más genuina. Hasta las relaciones personales y afectivas son fundamentales en su historia. «La relación con Franca no solo fue romántica y profundamente enriquecedora; también fue tormentosa y por momentos destructiva. En una suerte de balance de todo lo vivido, Jaime la resume así: Como esa grandes revoluciones que para cambiarlo todo requieren sangre y dolor, esa mujer me trasformó y al mismo tiempo me hizo sufrir mucho. Sin duda, es la persona que más ha influido en mi juventud, junto con un par de amigos que tuve. Pero todo en un clima particularmente conflictivo. Luego de unas semanas maravillosas, volaba todo en pedazos hasta que volvíamos a empezar. Entonces, aunque estuvimos muy enamorados, lo que vivimos no fueron siete años de pareja sino de separación». (pág. 93)
No se trata de una biografía complaciente. Hay temas sobre los cuales se han tejido mil y una leyenda, de las cuales Alfaro pregunta de frente y mano. Por ejemplo su distanciamiento con Washington «Canario» Luna.
Jaime Roos ha sido un intuitivo creador para saber dónde está el gusto popular. Así pudo transitar por los caminos de la murga, el carnaval, la música beat y otros ritmos de raíz folklórica. El fútbol también es protagonista de su vida personal y artística. «Yo creo que un país que tiene una historia tan rica en títulos como el nuestro, no puede ocultarla ni puede olvidarla. Son títulos nobiliarios y no veo por qué no habríamos de mostrar nuestros pergaminos. En una planta, la raíz importa, y un chiquilín que quiera jugar al fútbol tiene que conocer el pasado. No para vivir de él sino porque la historia enseña. El mito de que seguimos siendo campeones del mundo me parece idiotizante, pero al mismo tiempo, la maracanofobia me produce alergia» (pág. 308)
Tendría mucho para describir del libro que retrata a un Jaime Roos auténtico, abierto, pese al hermetismo con el que se maneja habitualmente. Si bien le permitió a la autora desentrañar algunos aspectos de su vida, lo más luminosos y otros no tanto, hasta ahora es el trabajo más profundo que se ha escrito sobre el cantautor y productor. También se presentan todos los datos vinculados a discografía, producciones artísticas y hasta libros en donde Roos es protagonista o coprotagonista. O sea, que además de saber casi todo sobre la vida del artista, tenemos listas completísimas de su obra.
La vida de uno de los músicos más famosos y auténticos que tiene el país es, además, un pretexto para contar lo que ha sido medio siglo en la historia de un país que sigue generando artistas.
Si me voy antes que vos
Si te dejo en estas tierras
No te asustes de la noche
Que en la noche vivo yo
Jaime Roos El montevideano. Vida y obra. Milita Alfaro.
Editorial Planeta, Montevideo, 2017.
504 págs.
Fotos: discografia de Jaime Roos
Dibujos: Ignacio Iturria y Jaime Clara