Sé que a algunos no os gusta demasiado esa «fea» costumbre que tengo de insertar anglicismos en textos de lengua castellana. Que le vamos a hacer, salí traviesa y medio ingobernable. Tampoco soy muy adepta a los purismos, aunque confieso que me duelen las amígdalas que no tengo, por cada signo de exclamación de cierre sin su homónimo de apertura. Así que sorry de antemano, Lucca me parece una propuesta de lo más chic & fresh.
Bromas y apostolados aparte, notamos que de a poquito, la peatonal Sarandí se está convirtiendo en todo un paseo gastronómico de referencia en la capital uruguaya. Jacinto, Sin Pretensiones y Estrecho, son claros ejemplos de originales propuestas que se asoman a la peatonal, para vestirla de aromas y sabores.
Recientemente tuvimos oportunidad de hacer parada en Lucca, un restaurante de reciente apertura, con ese porte tan uruguayo de paredes de ladrillo visto, techos altísimos con hermosas vigas de madera y suelos damados. Mobiliario vintage restaurado combina a la perfección con piezas de diseño y arte desenfadado, que le confieren al espacio, un aire grácil y renovador.
La propuesta gastronómica es sencilla y fresca, saludable y casera, caracterizada por esa sazón de manos certeras, capaz de sacar el máximo exponente a la combinación de sabores y texturas. Los platos propuestos en la carta tienen una onda muy Jaime Oliver. Sencillos, desestructurados, sabrosos, frescos y bien condimentados. ¿Se puede pedir más? Siempre, la cesta de panes y crocantes caseros es todo un plus y una garantía de que perderás el dominio sobre el consumo de hidratos de carbono.
El menú sin tildes (como los responsables de Lucca denominan) está compuesto por un combo de entradas que recorren las clásicas tartas de la casa, un par de ensaladas originales que incluyen como ingrediente una original corvina curada que recuerda al bacalao en lascas y el mítico provolone en versión revisada con jamón crudo, croutons de focaccia y chutney de tomate. Los principales, un pescado, un risotto, una pasta y una carne. Una propuesta acotada y certera para complacer todos los gustos. Los postres, desde la clásica panna cota hasta el mousse de chocolate blanco, pasando por el crumble de frutas, la tarta de chocolate y el bavaroise al ron. Para acompañar, cervezas artesanales y exquisitas aguas saborizadas. La de sandía, puro deleite. Lucca cuenta también con servicio de cafetería y sandwichería.
El restaurante planifica dar un paso más allá. Próximamente inaugurará un almacén en el mismo local dónde podremos encontrar aceites de oliva virgen, conservas y panes caseros entre otros productos artesanales. Los domingos, expenderán pasta y tucos caseros para deleite de aquellos adeptos que quieran extender la experiencia de Lucca en sus propios hogares.
Desde Delicatessen aplaudimos la propuesta deseando la mejor de las venturas a su director, el joven Sebastián Martín, que con mimo y entusiasmo, gobierna este barco de reciente inauguración para navegar las aguas gastronómicas de una renovada Ciudad Vieja.
Lucca Bistro y Café
Sarandí 368
Tel: 2917 1632
luccabistroycafe@gmail.com
Horario de apertura: de 9:00 a 18:00 horas.
