Juego de tronos a la uruguaya | Jaime Clara

Este año, el director de la Comedia Nacional, Mario Ferreira se la jugó. Pisó fuerte y desafió al elenco oficial y a su público a tener en todo el año, sólo autores uruguayos. Al comienzo, como siempre, la incertidumbre. Al final del día, un resultado positivo, lo que demuestra que la jugada valió la pena. Desde Florencio Sánchez hasta Santiago Sanguinetti, sumado a los necesarios rescates de voces como las de Milton Schinca o Alberto Paredes. Justamente, sobre éste es que quiero compartir algunas reflexiones.

Hasta diciembre, en la Sala Verdi, la Comedia Nacional representa El poder nuestro de cada día. Fue la última obra escrita, poco antes de morir por Alberto Paredes (1939-1998), seguramente uno de los dramaturgos más montevideanos de su generación. Fue guionista de radio y televisión, autor de la emblemática serie televisiva Los tres, con obras que continúan en el recuerdo de muchos, como Lo vemos triste y amargado, Aquella pareja, Decir adiós y Tres tristes tangos, entre otras.

El poder nuestro de cada día

Mientras esperamos, en la platea a que la sala se complete, se observa la escenografía que ocupa el largo, ancho y profundidad del escenario, con un mobiliario y jardín interior, absolutamente cotidianos. Esas plantas son parte de la trama. Esa cotidianidad se transmite desde el ingreso de los dos primeros personajes, que nos ubican en una historia que no debería ser muy diferente a la de cada uno de nosotros, o al menos, a la de algún conocido de la familia o del barrio. Un matrimonio mayor, un hombre jubilado y una enfermera, que arrastran la rutina de los años de convivencia, con un hijo del que poco saben. Pero justamente, la intempestiva llegada del joven, es la primera de una serie de fuertes giros de tuerca que se suceden en una historia que carga varias historias. A partir de ese momento, todo se vuelve trepidante, los acontecimientos se suceden, rayan lo patético, el humor negro y lo dramático. El factor sorpresa es fundamental, motivo por el cual preferimos no contar mucho más. A juzgar por las risas nerviosas del público, podríamos sentirnos en medio de una comedia, sin embargo, los trazos de la obra sobre la ambición y la codicia de cada personaje, diseñados con sutileza y precisión por Paredes, presenta, por momentos, un drama en su más pura esencia.

Todo gira en torno a un asesinato y sus consecuencias posteriores en una familia de clase media, media baja. La clave de thriller cruza la hora y pico que nos tiene enganchados para saber lo que sucede tras esa muerte. Las mezquindades humanas y la ambición rotan a través de cada personaje. Cada uno ejerce ese poder, al que alude el título, sobre los otros. Es que a la corta o a la larga, las relaciones personales, familiares, laborales, están marcadas por el poder de unos sobre otros. Una suerte de Juego de tronos montevideano, donde cada espectador se verá identificado y donde se le hará difícil tomar partido por alguno de los personajes, manejados con habilidad por el director. El elenco bien plantado, sabe cómo moverse y, por sobre todo, encuentra en cada personaje, la oportunidad de de virar la acción en una obra que parece escrita en el 2016 y que, aunque suene a lugar común, no dejará indiferente al espectador que entenderá que cuando sale caminando por la calle Soriano, buscará en su interior entender la forma en que todos ejercemos o padecemos nuestro pequeño o gran poder, cada día.

El poder nuestro de cada día de Alberto Paredes
Elenco: Cristina Machado, Lucio Hernández, Leandro Ibero Nuñez, Natalia Chiarelli, Florencia Zabaleta y Andrés Papaleo.
Dirección: Mario Ferreira
Funciones: Viernes y sábados 21hs; domingos 17 hs
Sala Verdi.
Soriano 914.

salaverdi.montevideo.gub.uy

Fotos: María Fernández – Comedia Nacional