Cocinar a conciencia | Jaime Clara

Hace algunos días fuimos al teatro. El autor de la obra es un mexicano que tiene mucho vínculo con Uruguay, se llama Humberto Robles. La obra, interesante juego de comedia negra, humor y drama, es definida por el autor como «teatro útil». Confieso que era la primera vez que escuchaba sobre esa categoría dramática.

El teatro útil es definida, por Robles como una iniciativa presentada en México, en 2011, que busca «llevar la actuación a un nivel de denuncia, periodístico e incluso documental». Se busca, justamente, la utilidad del texto, de la puesta en escena, para lograr esos objetivos.

Este concepto me vino a la cabeza cuando llegó a mis manos el libro que distribuye en Uruguay Editorial Planeta, del chef y periodista argentino Pablito Martín (Buenos Aires, 1981), Fast Food consciente. Recetas rápidas para una vida relajada. Mientras Humberto Robles escribe un teatro que pretende ser útil, la cocina de Martín es consciente.

«Somos lo que comemos y lo que hacemos», arranca Martín el prólogo del libro. Luego cita a Hipócrates (460 AC) con la frase «que tus alimentos sean tu única medicina», para concluir que la teoría es conocida, pero poco llevada a la práctica. Su tesis se basa en que «si continuamos con una alimentación industrializada, refinada, pobre en nutrientes, que sólo te llena pero no te nutre, a la larga o a la corta volveremos a enfermarnos». La base de este fast food consciente es «mejorar los sabores del día a día», en poder hacer una receta «rica y nutritiva en menos de 33 minutos», pero con la conciencia de los productos que se utilizan. Rescato, del título y del planteo del chef, que el concepto de comida rápida, no es malo en sí mismo. No es un adjetivo que sustituye al concepto de comida chatarra, que es otra cosa.

El libro en cuestión tiene una guía que resulta muy útil. Símbolos muy claros advierten si esa comida es apta para veganos, para celíacos, para diabéticos, para deportistas, para hipertensos, para obesos o ideal para la osteoporosis.

Hay que reconocer que con cada nutricionista, médico o chef, cada uno tiene su estilo. En gastronomía, tanto como en otras disciplinas, cada maestrito, con su librito. Martín propone algo complicado de articular cuando tenemos una vida complicada, que es una planificación semanal. Si bien no es fundamentalista ni mucho menos, puede ser una guía. Martín sugiere por la mañana frutas, al mediodía proteínas y a la noche vegetales. Luego formula una propuesta, que es una planificación semanal, día a día, explicando qué incluye en el desayuno, en el almuerzo y en la cena. Es interesante y útil el capítulo con los consejos para optimizar las compras.

El libro, que está diseñado con gusto, con muy buena calidad gráfica y fotografías estupendas, está divido en capítulos que coinciden con las estaciones del año. Luego se agregan recetas para todo el año y mesa navideña. Martín es fanático de los licuados y de los jugos. Me resultó de interés, por lo novedoso, al menos para mí, el capítulo dedicado a los diferentes tipos de leche que uno puede hacer en su casa, a saber, de vegetales, amaranto, mijo, avena, arroz integral o calabaza o alpiste, por nombrar algunas.

Como todo libro de cocina, este o cualquiera en la historia, incluso los que vendrán, no es una biblia. Se trata de un conjunto de recetas que sirven para disparar la creatividad de quien cocina. La interacción y la creatividad deben ir de la mano del lector y del libro, que no es ni más ni menos que un manual, una guía. Dependerá de cada uno transitar de la mejor manera el camino de una comida más saludable, más sabrosa y, por qué no, más consciente.

 

Fast Food consciente 
Recetas rápidas para una vida relajada.
Pablito Martín.
Editorial Planeta.
306 págs.